"Los pueblos no se miran nunca en el espejo y menos con una guerra entre las cejas". Carlos Ruiz Zafón en "La Sombra del Viento", pg. 26. ---------->><<---------- "(La) fraternidad nos enseña demasiado a las claras, como en un espejo, a qué nos parecemos. Quien no puede vivir sin matar a sus semejantes es porque sólo soporta la vida... matándose" - Fernando Savater, en El País, 20/10/2009.
“Cuando uno atribuye todos los errores a los otros y se cree irreprochable, está preparando el retorno de la violencia, revestida de un vocabulario nuevo, adaptada a unas circunstancias inéditas. Comprender al enemigo quiere decir también descubrir en qué nos parecemos a él.” – Tzvetan Todorov
jueves, 15 de enero de 2009
Más Sobre la Guerra en Gaza...
8 de enero: GAZA: OTRA GUERRA QUE PUDO EVITARSE
15 de enero: GUERRA EN GAZA: LA COMPLEJIDAD QUE NO ENTIENDE HUGO CHÁVEZ
jueves, 11 de diciembre de 2008
Opinión pública, redes sociales y paz
OPINIÓN PÚBLICA, REDES SOCIALES Y PAZ
JOSÉ HAMRA SASSÓN
MEDIO ORIENTE, UN MUNDO ENTERO
REVISTA ANTENA RADIO 107.9 FM
11 DE DICIEMBRE DE 2008
Estamos a pocas semanas de que se cumpla el plazo impuesto por los gobiernos de Israel, Palestina y Estados Unidos en el Proceso de Annapolis. Según este plan, israelíes y palestinos firmarían un acuerdo de paz fundamentado en dos Estados independientes antes de que George W. Bush abandone la Casa Blanca. Pero el proyecto fracasó. Lo sabíamos desde que se echó a andar. Las condiciones políticas aún no están dadas y en el transcurso del 2008 sólo han empeorado. Tanto el gobierno de Israel como el de Palestina carecen de la legitimidad suficiente como para dar los pasos necesarios en ese sentido. Ni que decir del anfitrión y mediador, Estados Unidos, que espera con ansias el relevo en Washington.
Cabe preguntarse si después del nuevo fracaso en el proceso político entre Israel y Palestina cabe alguna esperanza para un acuerdo de paz en Medio Oriente. La respuesta la podemos encontrar en la dimensión social. Dos centros de investigación, uno israelí y otro palestino, se han dado a la tarea desde 1993, año en que Itzjak Rabin y Yasser Arafat firmaron los Acuerdos de Oslo, de medir la opinión pública en estas dos sociedades respecto a las negociaciones de paz bilaterales. Se trata del Centro Tami Steimnetz para la Investigación de la Paz (junto con el Programa Evens de Mediación y Resolución de Conflictos) de la Universidad de Tel Aviv y el Centro Palestino para la Investigación de la Opinión Pública y Políticas Públicas (PSR, por sus siglas en inglés).
Esta semana se dieron a conocer resultados de sus últimos estudios. En el caso del “Índice de Guerra y Paz”, que genera el Centro Tami Steimnetz, los resultados de noviembre arrojan que 58% de la población judía de Israel apoya la creación de un Estado palestino. Una proporción similar considera que es justificado el deseo del pueblo palestino de tener un Estado independiente, que a su vez sería aceptable en el marco de un acuerdo de paz con Israel. Por su parte, el PSR, en el estudio trimestral publicado en septiembre, señala que 57% de los palestinos reconocería a Israel como el Estado del pueblo judío una vez que se establezca un Estado palestino y se resuelvan los asuntos primordiales del conflicto entre ambas partes. Más aún, 70% aprueba el reconocimiento entre los dos pueblos. Además, en el análisis de diciembre, señala que, en caso de realizarse elecciones parlamentarias y presidenciales en Palestina, los candidatos de Al Fatah triunfarían en las urnas sobre Hamás. Recordemos que Al Fatah, a diferencia del movimiento islámico, busca un acuerdo de paz para poner fin al conflicto con Israel.
Aunque estas cifras resultan alentadoras, lo cierto es que en ambos estudios también se refleja la desconfianza que se ha enraizado entre ambas sociedades. Por un lado, 43% de los palestinos considera que no es posible la reconciliación entre los dos pueblos y 69% piensa que las posibilidades para la creación de un Estado palestino en los próximos 5 años son bajas o nulas. Dentro de la población judía de Israel, se mantiene la sensación de inseguridad y miedo. Dos terceras partes creen que la mayoría de los palestinos no acepta la existencia del Estado de Israel y que desearían su destrucción.
Estos estudios muestran una doble percepción. Por un lado, hay un deseo generalizado en ambas sociedades de una paz fundamentada en dos Estados independientes. Es decir, existe una noción compartida para un acuerdo. Sin embargo, el miedo al otro, en la contraparte, nutre la desconfianza mutua. Al parecer, se trata de un dilema difícil de resolver. La mayoría de los israelíes y palestinos anhelan un acuerdo de paz, reconocen los derechos nacionales del otro, pero aún desconfían de él. Pero no hay contradicción alguna en esta afirmación. Buena parte de ambos pueblos no se interrelacionan. Los israelíes y palestinos de a pie tienen poca o ninguna relación entre sí. Y la poca relación que llegan a tener es, por lo general, a través de contextos de violencia donde los ciudadanos se encuentran con el soldado israelí o el militante palestino. En este sentido, lo que se reflejan uno a otros en la vida cotidiana es miedo.
Sin embargo, los estudios de opinión señalan que a pesar de las barreras del miedo al otro, también hay expectativas que se reflejan mutuamente, un deseo de acabar con la violencia que literalmente explotan los extremistas en ambos lados para mantenerse vigentes. Ante estos espejos, también se construyen los puentes que permiten atravesarlos, los espacios para el reconocimiento del otro. Es el caso de mepeace.org, una red social que inició en Internet, inspirada en Facebook, y que ha logrado, a lo largo del último año y medio, crear espacios de convivencia virtual y física entre israelíes y palestinos. Mepeace.org fue fundada por Eyal Raviv, con la idea de crear una comunidad de activistas por la paz tras la guerra del verano de 2006 y su encuentro en Francia con un palestino que “nunca antes se había reunido con un israelí”. El nombre de mepeace es un compuesto del acrónimo de Medio Oriente y la palabra “paz” en inglés (también podría interpretarse como de “Yo Paz”). Cuenta hasta el momento con 1,400 miembros que interactúan en foros de discusión y comparten fotos, videos e ideas. Es una red social especializada en la paz en el Medio Oriente, un espacio de interacción e información que permite conocer al otro en su humanidad, donde ciudadanos israelíes y palestinos, árabes y judíos, construyen la paz que los políticos no se atreven. Mepeace es reflejo de los anhelos de las mayorías silenciosas que habitan en Israel y Palestina, una muestra de que la reconciliación entre estos dos pueblos es posible. Vale la pena visitar la página electrónica para encontrar evidencia de que la reconciliación entre israelíes y palestinos es una realidad cotidiana (www.mepeace.org).
De esta forma, se responde a la pregunta que hacía en un principio: sí, aún cabe esperanza para un acuerdo de paz en Medio Oriente. Pero los esfuerzos sociales dependen de los avances que se generen en la dimensión política de Israel y Palestina. Lamentablemente es ahí donde las expectativas se mantienen bajas para el futuro próximo. Los liderazgos de palestina e Israel no parecen que se renovarse en ese sentido. Es posible que la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca cambie el lúgubre escenario, pero de eso hablaremos cuando llegue el momento.
martes, 4 de noviembre de 2008
AÚN ES POSIBLE EL ACUERDO DE PAZ
AÚN ES POSIBLE EL ACUERDO DE PAZ
JOSÉ HAMRA SASSÓN
MEDIO ORIENTE, UN MUNDO ENTERO
ANTENA RADIO 107.9 FM
30 DE OCTUBRE DE 2008
A lo largo de octubre he planteado en esta sección un escenario pesimista sobre el llamado proceso de paz entre Israel y Palestina. A pesar de ello, estoy convencido en la posibilidad real para que israelíes y palestinos alcancen un acuerdo de paz bajo un marco de coexistencia entre dos Estados independientes compartiendo Jerusalén como capital. Sin embargo, en la medida que avanza el tiempo, las probabilidades de alcanzarlo se reducen ante la radicalización de los grupos extremistas de ambos lados, sectores que comparten visiones integristas y, por lo tanto, excluyentes.
No obstante el sentir pesimita, existen ventanas que aún no se cierran por completo, que permiten apostarle a construir escenarios levemente optimistas. Y es en este sentido, advierto de entrada, que corro el alto riesgo de llegar a una interpretación errónea. Pero tengo razones de peso para aventurarme. Por un lado, la Iniciativa Árabe de Paz regresa con fuerza al centro discursivo en el eje árabe – israelí. Esta declaración fue aprobada por la Liga Árabe en 2002 durante la Cumbre de Beirut y ratificada el año pasado en
Cuando este plan fue aprobado hace seis años, Ariel Sharon, entonces Primer Ministro de Israel, prácticamente lo ninguneó y se concentró en reaccionar a los sangrientos atentados terroristas de Hamas en territorio israelí. A los pocos días, ordenó la reocupación militar de los territorios palestinos y confinó a Yasser Arafat en Ramallah. Hoy el Plan Saudita es nuevamente tema de discusión en la clase política israelí y sigue siendo impulsada por los gobiernos de Egipto, Marruecos y Arabia Saudita, entre otros.
Por otra parte, se abren oportunidades frente al proceso electoral en Israel. Tzipi Livni, quien funge como Primera Ministra designada, desistió en sus esfuerzos de formar una coalición gobernante que reemplace a
El movimiento de Livni parece arriesgado, pues no tiene asegurado un triunfo en los comicios que se realizarán a principios de febrero próximo. Su rival más cercano es Benjamin Netaniahu, líder del Likud y quien fuera Primer Ministro en 1996. Netaniahu, responsable de destruir los Acuerdos de Oslo de 1993, se opone a cualquier concesión a los palestinos y se apoya en un discurso ultra-nacionalista y populista basado en el miedo.
El hecho de que Livni no cediera a las demandas sectoriales es un signo de integridad, pues no se dejó secuestrar por intereses particulares. Sin embargo, no la tiene fácil. Recordemos que su partido, Kadima, que se dice de centro, es un sub-producto de figuras que abandonaron el Laborismo y el Likud para apostarle al proyecto de Sharon. Kadima ganó las elecciones de 2006 con relativa facilidad. Sin una línea definida, pero sí pragmática, un sector de Kadima, en el que coinciden Olmert y Livni, reconoce la necesidad de un acuerdo de paz que implique la retirada de israelí de buena parte de Cisjordania, además de Jerusalén oriental. Es decir, han adoptado el programa de la izquierda israelí, renunciando a la fantasía de controlar los territorios palestinos. Precisamente, el reto para Livni será articular a este sector de las sociedades civil y política de Israel en torno a una plataforma de paz. En otras palabras, requiere hacer de las próximas elecciones un referéndum a favor de un acuerdo concreto de paz con Palestina. No es un escenario lejano, ya que, insisto, hay un sector de Kadima convencido de la necesidad de un Estado palestino al lado de Israel como corolario al proceso de paz. Los detalles ya están más que discutidos después de 15 años de negociaciones interminables.
Para concretar esta opción es necesario asociarse abiertamente con los sectores palestinos que comparten esta visión.
El contexto regional, bajo la tutela de la Iniciativa Árabe, y el internacional, con un inminente cambio en la política exterior de Estados Unidos, permiten valorar este escenario. Si Livni y Abbas logran interpretar el nuevo contexto en ese sentido, deberán trabajar en conjunto en un proyecto en común, que dicho sea de paso, sigue siendo el deseo de la gran mayoría de los israelíes y palestinos. Así pues, es permitido reivindicar la veta optimista, a pesar de las pocas probabilidades que actualmente hay para una paz posible entre Israel y Palestina.
viernes, 3 de octubre de 2008
Asedio del extremsimo israelí
ASEDIO DEL EXTREMISMO ISRAELÍ
JOSÉ HAMRA SASSÓN
MEDIO ORIENTE, UN MUNDO ENTERO
ANTENA RADIO 107.9 FM
2 DE OCTUBRE DE 2008
El vacío de poder que se vive en Israel tras el fracaso del gobierno de Ehud Olmert es reflejo del deterioro de su sistema político, que se manifiesta inestable, pero además paralizado ante su mayor reto: asegurar la existencia de Israel como un Estado judío y democrático. Una condición impostergable es lograr un acuerdo de paz con el pueblo palestino basado en el proyecto de dos Estados independientes. Sin embargo, este escenario tiene fecha de caducidad. Como comentábamos hace 15 días, se gesta en Palestina un movimiento que diseña una nueva estrategia basada en un Estado binacional para israelíes y palestinos. Lo anterior sin dejar de lado la amenaza siempre latente de una nueva ronda de violencia.
En este tipo de escenarios, donde la incertidumbre es moneda corriente, las visiones maniqueístas, totalitarias y unidimensionales salen a la luz y secuestran al resto de
El movimiento nacional-religioso de Israel cobró fuerza tras la guerra de 1967, una vez que Israel se hizo del control de Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental. Estos territorios, desde su visión, habían sido redimidos. Buena parte de la historia que narra el Antiguo Testamento se concentra en ciudades como Hebrón y Jericó. Desde esa perspectiva, las ramas más extremas de la derecha israelí se han manifestado en los últimos quince años como una reacción al proceso de paz con los palestinos.
Y es que de concretarse un acuerdo, el territorio de Cisjordania y Jerusalén oriental pasarían a soberanía palestina, con lo cual las colonias judías deberían ser evacuadas, tal y como sucedió en la franja de Gaza en 2005. En los años más recientes, la radicalización del movimiento nacionalista y religioso se ha expresado en el establecimiento de caravanas de jóvenes militantes en las colinas cisjordanas adyacentes a poblados palestinos o colonias judíos. Estos asentamientos, muchas veces apoyados desde cúpulas gubernamentales, se han convertido en hechos consumados que poco a poco hacen inviable un Estado palestino territorialmente continuo. Junto con estos actos de provocación se construyen carreteras de seguridad para uso exclusivo de lo colonos, haciendo una verdadera hazaña el traslado de la población palestina entre poblados. El extremismo de los militantes judíos es tal que se han enfrentado incluso a la policía y ejército israelíes cuando han intentado desalojarlos. Sin embargo, prácticamente ningún gobierno ha querido asumir el costo político que implica erradicar al extremismo sionista de tierras palestinas. Quien lo hizo tibiamente, como Itzkak Rabin, recordemos, fue tachado de traidor y después fríamente asesinado.
Se calcula que hoy en día hay al menos 270 mil judíos viviendo en asentamientos en Cisjordania (sin considerar otros 200 mil en Jerusalén oriental), una cifra que se duplicó desde 1994, año en que se afianzó el proceso de Oslo entre Israel y
Por si fuera poco, estos grupos extremistas literalmente se han apropiado del discurso nacionalista israelí y han creado un peligroso precedente. Aunque son una minoría dentro de la sociedad israelí, se visten de una moralidad redentora tan peligrosa como la del extremismo de Hamas. Igualmente fundamentan sus preceptos ideológicos en textos religiosos y se dicen dueños de la verdad absoluta.
Una de las víctimas más recientes de la intransigencia de los colonos extremistas en Cisjordania es el profesor Zeev Sternhell, un especialista en movimientos fascistas y que ha denunciado insistentemente la ocupación israelí en los territorios palestinos. Sternhell sobrevivió hace una semana a un atentado con una bomba de fabricación casera en Jerusalén. Terroristas judíos de extrema derecha pusieron precio a la cabeza de miembros del movimiento izquierdista Paz Ahora, al cual pertenece Sternhell.
El mensaje está más que claro. Sólo un avance real y concreto en el proceso de paz podrá desactivar la amenaza que representan estos movimientos extremistas. Más aún, de no alcanzarse un acuerdo de paz con los palestinos, se pone en peligro a la democracia israelí y la existencia de Israel como un Estado seguro para sus ciudadanos.
¿Adiós al proyecto de dos Estados?
¿ADIÓS AL PROYECTO DE DOS ESTADOS?
JOSÉ HAMRA SASSÓN
MEDIO ORIENTE, UN MUNDO ENTERO
ANTENA RADIO 107.9 FM
18 DE SEPTIEMBRE DE 2008
Un nuevo movimiento político se gesta en Palestina. Se trata del Grupo Palestino de Estudios Estratégicos conformado por 45 palestinos de distintos sectores: hombres y mujeres, seculares y religiosos, políticos, académicos, activistas sociales y empresarios, tanto habitantes de los territorios palestinos e Israel como de la diáspora palestina.
El objetivo de este grupo plural, de corte básicamente nacionalista y secular, es implementar una nueva estrategia que ponga fin a la ocupación israelí en los territorios palestinos. Lo que sugieren es una estrategia que permita a los palestinos retomar la iniciativa y controlar su destino nacional ante la falta de resultados en el proceso de paz con Israel.
En un documento hecho público el 4 de septiembre, el Grupo Palestino de Estudios Estratégicos (GPEE) establece que en caso de fracasar el proceso de paz, enmarcado en la actual ronda de negociaciones iniciada en Annapolis, entonces será necesario generar cambios en la posición palestina. Recordemos que la iniciativa de Annapolis fue lanzada a finales del 2007 por George W. Bush. En ese momento se estableció el 2008 como límite para lograr un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos bajo la lógica de dos Estados independientes. A lo largo del año los avances han sido ínfimos, si no es que nulos, a pesar de que Washington ha intervenido directamente para presionar a las partes. Sin embargo, el contexto político ha sido poco favorable para concretar un acuerdo. Por diversas razones, tanto los gobiernos de Estados Unidos e Israel, así como
Es en este contexto que el GPEE establece un límite a la opción de dos Estados independientes como solución al conflicto con Israel. En caso de que Annapolis fracase, dicen, será necesario renovar
De esta forma, el Grupo Palestino de Estudios Estratégicos establece cuatro escenarios que no pueden ser aceptados por los palestinos ya que, señalan, socavan la identidad y los derechos nacionales de los palestinos. Estas alternativas inaceptables son: (1) La prolongación indefinida de las negociaciones ya que perpetúan la ocupación israelí, (2) Un acuerdo provisional de dos estados, con una Autoridad Palestina limitada, (3) una separación unilateral de Israel (como en el caso de Gaza) y (4) el Control de los territorios palestinos por Egipto y Jordania
Así, en caso de que fracase el proyecto de dos Estados como solución al conflicto con los israelíes, este grupo plantea cambiar la estrategia nacional palestina orientada en 4 puntos: (1) Declarar nula la opción de dos Estados como solución viable y que la OLP promueve desde 1988, (2) reconfigurar e incluso desmantelar a
El GPEE pretende hacer que lo que desean los palestinos también sea deseable para los israelíes. El primer escenario favorable, insisten, es el de dos Estados independientes, uno judío y otro palestino. Reconocen el derecho de los judíos a un Estado independiente, pero buscan poner fin a 40 años de ocupación militar.
Cambiar la preferencia de los palestinos a un estado binacional en vez de la visión de dos estados tiene como objeto encarecer los costos para los israelíes de la parálisis en las negociaciones. Un Estado unitario, binacional, se convierte en una amenaza al proyecto sionista de un Estado donde los judíos vivan seguros. Además, advierten que es necesario renovar el discurso: no se puede hablar de proceso de paz ni de construcción de un Estado si antes no se pone fin a la ocupación israelí en los territorios palestinos.
La estrategia resulta interesante, pues podría generar un nuevo contexto que obligue seriamente a concretar un acuerdo de paz. Sin embrago, cuenta con una gran limitante que aún debe ser abordada con seriedad y realismo. El documento del Grupo Palestino de Estudios Estratégicos deja por alto el proyecto de Hamas y grupos afines de crear un Estado islámico en todo el territorio que incluye Gaza, Cisjordania e Israel. En otras palabras, el Estado binacional no es compatible con el extremismo de Hamas, por lo que el llamado a una reconciliación nacional palestina se convierte en el principal obstáculo de esta estrategia política.
Dicho lo anterior, será necesario estar atentos en estos meses que le quedan al 2008 para ver como cuaja esta nueva estrategia en el contexto del conflicto palestino - israelí.
jueves, 6 de marzo de 2008
Metástasis
METÁSTASIS
JOSÉ HAMRA SASSÓN
MEDIO ORIENTE: UN MUNDO ENTERO
REVISTA ANTENA RADIO 107.9FM
6 DE MARZO DE 2008
El proceso de paz entre israelíes y palestinos está a punto de colapsar. El ciclo de violencia que se reactivó a principios de año, una vez lanzada la iniciativa de Annapolis y la posterior visita de George W. Bush a la región, entra en un punto de no retorno. De desesperanza. Si se permite la comparación, el estado del proceso de paz es similar al de un paciente con metástasis, donde el cáncer ataca órganos más allá de su origen. Hoy la novedad es que la violencia que se enfocó en Gaza y el sur de Israel ya se reflejó en Jerusalén. Esta noche (6 de marzo) un palestino ingresó en una escuela religiosa judía y disparó contra sus estudiantes. Hay al menos ocho muertos.
Previo a este ataque terrorista, durante la última semana fuimos testigos de una intervención militar israelí en Gaza como resultado del incremento de cohetes Qassam lanzados por militantes de Hamas contra territorio israelí y que a finales de febrero habían matado a un civil. El saldo del operativo de represalia es de 2 soldados israelíes y más de 120 palestinos muertos. Según B’tselem, una organización israelí de derechos humanos, la mitad de estos palestinos eran militantes de Hamas. La otra mitad, civiles, varios niños. Así, Hamas se convierte en víctima, sin serlo, producto de la desproporcionada reacción israelí.
Y es que las víctimas civiles palestinas, estúpidamente etiquetadas como “daños colaterales”, son puntos que el extremismo palestino se anota a su favor. Lo queramos aceptar o no, Hamas es un actor que no debió ser marginado tras su genuino triunfo electoral. En este sentido, Israel,
En este contexto,
Lamentablemente casi todo le ha salido bien a Hamas. Se repuso del asesinato de sus líderes en 2004 y ganó las elecciones palestinas en enero de 2006 gracias a su campaña anti-corrupción. Antes, con la desconexión israelí impulsada por Ariel Sharon en 2005 los integristas palestinos se levantaron como triunfadores. La soberbia del entonces primer ministro israelí no le permitió ver que imponer condiciones a los palestinos sólo fortalecería a los extremistas. La forma en
Desde ese entones, los gobiernos de Israel señalan que buscan parar los ataques de Hamas contra su territorio. Nada de lo que han hecho a través del uso de la fuerza ha funcionado. El primer Qassam fue lanzado en abril de 2001. Desde ese entonces, 12 israelíes han muerto a causa de casi 7000 cohetes de fabricación casera. Miles de civiles que viven en ciudades y poblados aledaños a Gaza han padecido los bombardeos casi diarios en los últimos siete años. Viven bajo miedo, incertidumbre y ansiedad las 24 horas del día, sin saber hacia adonde hacerse cada vez que suenan las alarmas que reportan un nuevo ataque. Hoy Hamas, como lo demostró en la última semana, tiene la capacidad de lanzar cohetes con
Por otra parte, la población palestina sigue padeciendo los efectos de la ocupación israelí. La falta de esperanza es la moneda de cambio. Simplemente para ilustrarlo, este jueves Amnistía Internacional, junto con otras organizaciones de derechos humanos, reveló un estudio que indica que 80% de la población de Gaza recibe ayuda alimenticia y la gran mayoría esta desempleada. Israel no puede abstraerse de esta desgracia humanitaria, consecuencia de la ocupación por casi 4 décadas y del más reciente asedio político, económico y militar. Simplemente no debe.
El fracaso de la más reciente ronda de paz es resultado del miedo en el que viven israelíes y palestinos, presos, en primera instancia, por la incapacidad de sus líderes políticos carentes de coraje para dar los pasos necesarios. Esa ineptitud es capitalizada por los extremistas de ambos lados. Hamas, el Movimiento de Resistencia Islámica, es quien habrá salido triunfador de ella. Si esta lógica persiste, dentro de poco veremos a los ultra-nacionalistas nuevamente gobernando en Israel. La única forma de neutralizar este escenario es la que no se ha intentado: acordar con Hamas un alto al fuego que ponga fin a los ataques entre israelíes y palestinos. Un cese al fuego deseado por miles de civiles en Israel y Palestina, que permita abrir una mínima oportunidad para lograr en el futuro próximo un acuerdo justo de paz.
sábado, 11 de agosto de 2007
¿Se reactiva el proceso de paz?
A continuación presento una versión de la sección "Medio Oriente: Un Mundo Entero" del 8 de agosto. Ahí abordo las perspectivas de paz tras la reunión del pasado del lunes 6 de agosto entre Olmert y Abbas.
Como expreso, la Iniciativa de Ginebra vuelve a cobrar fuerza. Para abundar en esta propuesta, se puede accesar a su sitio de internet aquí. Bien vale la pena darle una revisada. Ademas del borrador de acuerdo de paz, hay una serie de spots en los que israelíes y palestinos promueven este proyecto que está listo desde 2003.
El Acuerdo de Ginebra fue uno de los factores que orilló a Sharon para impulsar la desconexión unilateral de Gaza. Necesitaba un golpe mediático que marginara una iniciativa que demostraba que sí había socio con quién negociar la paz. La desconexión fue una imposición más a los palestinos que fortaleció a Hamas (las consecuencias están a la vista), y que desvió magistralmente la atención de una iniciativa que ponía en riesgo su futuro político.
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JOSÉ HAMRA SASSÓN
MEDIO ORIENTE: UN MUNDO ENTERO
REVISTA ANTENA RADIO 107.9FM
9 DE AGOSTO DE 2007
Esta es la primera vez que una reunión entre los líderes de Israel y Palestina se realiza en territorio palestino. Sin duda, todo un acontecimiento dado el estado de la relación entre ambas partes. Se abre así, nuevamente, una oportunidad más para la diplomacia. Olmert expresó que estaba entre sus intereses “permitir futuros avances”, dijo, “en el establecimiento de un Estado palestino".
La retórica aún es vaga, pues no se han dado a conocer formalmente los alcances de estos “futuros avances” ni lo que entiende Olmert por “Estado palestino”. Para el premier israelí, estos progresos se concretan por el momento en mecanismos de seguridad y fortalecimiento de instituciones. Los detalles, las letras chiquitas, son las que necesitan ser aclaradas pronto para aprovechar los aires renovados. Aún no hay una posición oficial israelí respecto a las fronteras que delimitarían a ambos Estados, el paso entre Gaza y Cisjordania, el status de Jerusalén, el futuro de los asentamientos judíos y los refugiados palestinos. Si estos temas fundamentales no se tocan, no habrá nada de que hablar.
jueves, 5 de julio de 2007
Montreal – Jerusalén: A 10 años
JOSÉ HAMRA SASSÓN
MEDIO ORIENTE: UN MUNDO ENTERO
REVISTA ANTENA RADIO 107.9FM
5 DE JULIO DE 2007
Buenas tardes Julieta (Mendoza), Enrique (Lazcano), estimado auditorio. Este jueves quiero hablar de una experiencia personal. Se trata una efeméride particular que viene a cuento por un par de razones que confluyen en esta frecuencia de radio (107.9FM). La primera es el Festival de Jazz de Montreal, que Horizonte Radio está cubriendo nuevamente este año. La segunda razón es el tema de esta sección de Revista Antena Radio que tengo el honor de presentar cada semana: “Medio Oriente: Un Mundo Entero”. ¿Que qué relación puede haber entre el festival de Jazz y el Medio Oriente? Abusando de su confianza, de eso quiero hablar el día de hoy.
En 1997 me encontraba en Montreal, finalizando la Maestría en Ciencia Política en la Universidad de McGill. Tuve la oportunidad de estudiar en esa ciudad y descubrir la maravilla de lo que significa un verano después de un invierno que se alarga por casi nueve meses. Toda una gestación a la espera del calor. La energía de un verano en Montreal no se entiende sin el invierno que lo antecede ni el que inevitablemente le seguirá. Tampoco sin sus festivales que abarrotan el calendario durante tres meses, en especial el Festival de Jazz, una verdadera fiesta pública donde el Jazz y otras expresiones de la música del mundo confluyen en cosa de 10 días en un maratón de felicidad interminable. Uno acaba extasiado, pero con ganas de más. El Festival de Jazz de Montreal es una experiencia enriquecedora por la dicha que literalmente se respira en ese marco veraniego.
Como les decía, hace 10 años me encontraba en Montreal. Ese verano, en lo que acababa la tesis con la que concluía mis estudios, me di mis escapadas al Festival de Jazz. En una de esas tardes asistí acompañado de Hadeel Abdo, una estudiante palestina, musulmana sunnita, que había conocido meses atrás. En aquella ocasión Hadeel me platicó de su vida como refugiada palestina. Sus padres, ambos nacidos en Jerusalén, habían escapado a las guerras del 48 y 67. Hadeel nació en Jordania, vivió mucho tiempo en Kuwait, de donde fue expulsada junto con otros 300 mil palestinos en represalia por el apoyo que Yasser Arafat le había brindado a Saddam Hussein tras la invasión iraquí a ese país en 1990. De ahí regresó a Jordania y un tiempo después el gobierno canadiense le había abierto las puertas a ella y su familia. Así es como llegó a Montreal. Recuerdo que en esa plática, franca y amistosa, le pregunté si ella personalmente conocía Jerusalén. Su respuesta fue afirmativa, había tenido la posibilidad de visitar a sus familiares en diversas ocasiones. Pero lo que más me impresionó fue ver sus ojos emocionados, a veces vidriosos, al contarme sobre esa Ciudad Santa para judíos, cristianos y musulmanes, ciudad que hoy israelíes y palestinos reclaman como capital.
Además del homenaje a Louis Armstrong, lo que más recuerdo del Festival de Jazz de 1997 fue aquella charla con Hadeel en la Plaza de las Artes. Yo había viajado a Montreal para especializarme en el conflicto palestino-israelí, pero sobre todo, estudiar la perspectiva árabe, entenderla como una forma de encontrar respuestas comunes. Después de dos años, esa plática había sido el corolario perfecto. No fueron ni las teorías ni los argumentos racionales los que me abrieron esa puerta de entendimiento. Fue la emoción de Hadeel al hablar del encanto que representaba Jerusalén para ella, una palestina musulmana, la misma emoción con la podría hablar un judío israelí. Así entendí la importancia de Jerusalén desde la perspectiva árabe, más de lo que pude haber aprendido durante la maestría. Sin duda, Jerusalén es una ciudad que requiere ser políticamente compartida entre israelíes y palestinos. Emocionalmente lo es, de eso no me queda duda.
10 años después de mi segundo festival de Jazz en Montreal, sé que Hadeel, con quien ocasionalmente me escribo, regresó a Jerusalén. Se casó en el 2000 con un palestino residente de esa ciudad y tiene dos hijos. A pesar del muro y de la insufrible experiencia que representa la ocupación israelí en Cisjordania, Hadeel ha trabajado en instituciones palestinas que promueven la paz con el Estado judío.
Esa es otra cara del conflicto. Y sin querer evitarlo, el Festival de Jazz de Montreal que se transmite por esta estación me obliga escudriñar en esta experiencia que es un pedazo del Medio Oriente. Un pedazo que afortunadamente también existe.
jueves, 7 de junio de 2007
Antes y después de los 6 días - 7/06/2007
JOSÉ HAMRA SASSÓN
MEDIO ORIENTE, UN MUNDO ENTERO
ANTENA RADIO 107.9 FM
7 DE JUNIO DE 2007
El 5 de junio se cumplió el 40 aniversario del inició de la llamada “Guerra de los Seis Días” que libró Israel contra Egipto, Siria y Jordania.
Considerada por los israelíes como una guerra de supervivencia, a la postre esta guerra fue el punto de quiebre del conflicto árabe-israelí, teniendo un impacto en el Medio Oriente en general. En la Guerra de 1967 Israel se expandió territorialmente, con lo qie inició la ocupación de la población palestina en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental, ocupación que cumple cuatro décadas. El resultado de esta guerra también tuvo consecuencias regionales en el plano ideológico. La pérdida de territorio se tradujo en el fracaso del nacionalismo pan-árabe que clamaba por la destrucción de Israel.
En otras palabras, fue un golpe mortal a la ideología populista que había encabezado hasta ese entonces Gamal Abdel Nasser, el presidente de Egipto. El fracaso del panarabismo abonó el terreno para una alternativa ideológica trasnacional en la región, el islamismo fundamentalista, cuyas manifestaciones más extremas son encarnadas hoy en día por Al-Qaeda y otros movimientos afines.
La efeméride nos obliga a repasar los sucesos previos a esta guerra relámpago. Semanas antes del 5 de junio de 1967 el gobierno egipcio radicalizó su discurso contra Israel y llevó a cabo acciones que fueron genuinas declaraciones de guerra. El 19 de mayo Nasser exigió a las fuerzas de paz de la ONU retirarse de la Península del Sinaí. En los días siguientes, Egipto desplegó 100,000 soldados a lo largo de su frontera con Israel y Nasser ordenó el cierre del paso por el Estrecho de Tirán a los buques israelíes, con lo que se impedía su navegación por el mar Rojo. El 30 de mayo Egipto, Siria y Jordania firmaron un pacto de defensa común y el ejército jordano quedó bajo comando militar egipcio. Ese mismo día, Nasser arengó contra la existencia de Israel al señalar que ya no había una fuerza internacional para protegerlo. Según sus palabras, el único método que se aplicaría contra el Estado judío sería “la guerra total”, lo que resultaría en su destrucción.
Bajo este amenazante contexto, la mañana del 5 de junio de 1967 la aviación israelí lanzó un ataque preventivo contra Egipto. En cuestión de horas destruyó 85% de su fuerza aérea, que ante la sorpresa ni siquiera pudo despegar del suelo. Caso a la par, el ejército israelí repelió ataques de Siria y Jordania. Cuando se estableció el cese al fuego, el mapa de la región había cambiado drásticamente. Israel conquistó territorios de estos países árabes: la península del Sinaí de Egipto y el Golán de Siria. Además, ocupó Cisjordania y Jerusalén Oriental anexados por Jordania desde 1948 y la Franja de Gaza, que se encontraba bajo administración egipcia. Territorios, cabe decir, donde vivían palestinos y por los cuales los países árabes no habían hecho algo en las dos décadas previas a 1967.
Con el tiempo, el mapa ideológico también se modificó. Por una parte, se generaron las condiciones propicias para el auge del fundamentalismo islámico como reacción al fracaso del nacionalismo árabe. Por la otra, el resultado de la guerra dio pie a un ambiente de triunfalismo en Israel, que impulsó a los movimientos extremistas nacionalistas y religiosos judíos que hoy tienen en jaque a su democracia liberal.
No obstante, Israel ganó la guerra con una estrategia militar que le aseguraría su existencia como un Estado independiente en Medio Oriente. En 1979 devolvió a Egipto la Península del Sinaí a cambio de un acuerdo de paz. En 1994 Jordania se convertiría en el segundo país árabe en reconocer al Estado judío. Hoy en día Israel y Siria coquetean con reiniciar sus propias negociaciones y se da por entendido que el Golán será la moneda de cambio.
Sin embargo, el meollo del conflicto árabe - israelí no ha sido resuelto. Es más, en estos cuarenta años se ha profundizado. Y es que el triunfo israelí de 1967 implicó también la ocupación de territorio palestino y, por ende, el control de su población. Justamente es Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental donde se vislumbra la creación de una Palestina independiente al lado de Israel. En realidad, lo que se ha enraizado ha sido el control israelí de los palestinos y todos los males que de él se derivan. En cuatro décadas hemos sido testigos de dos intifadas y de la radicalización palestina hacia el extremo terrorista. En buena medida son reacciones al arrebatamiento de tierras palestinas para la construcción de asentamientos judíos, a las decenas de retenes que hacen imposible el libre movimiento de la población, a la marginación de los palestinos de Jerusalén Oriental, al muro que se vergonzosamente divide hoy a Israel de una Palestina subyugada, pauperizada y humillada.
Como lo ha demostrado el paso de tiempo, la ocupación israelí de los territorios palestinos es una carga ética y moral que pone en riesgo la existencia del Estado de Israel desde sus propias entrañas. El triunfo de la Guerra de los Seis Días quedó brillantemente plasmado en los anales de historia. El presente nos dice que la ocupación ha desvirtuado la razón de ser del Estado judío. Es momento de corregir el rumbo, y como fuerza ocupante, Israel debe dar el paso decisivo para re-encaminar el proceso de paz con los palestinos.
domingo, 3 de junio de 2007
Canción de Cuna - 25/01/2005
JOSÉ HAMRA SASSÓN
COLUMNA
ANTENA RADIO 107.9 FM
25 DE ENERO DE 2005
Esta semana se lleva a cabo en el Distrito Federal el 2º Festival Internacional de Cine Judío, con producciones de México, Israel, Estados Unidos, Australia, Canadá e Inglaterra. Un documental en particular llama mi atención: “Canción de Cuna”, una producción israelí del 2004.
“Más de 60 bebés han sido asesinados durante la última Intifada en Israel y los Territorios Palestinos”, de esta forma presenta la directora Adi Arbel el documental “Canción de Cuna”. La motivación de Arbel para lanzar este proyecto está enraizada en las más puras emociones maternas. Según cuenta la directora de “Canción de Cuna”, su hija nació el día en que estalló la segunda Intifada (el 29 de septiembre de 2000). Cuando cumplió 6 meses, un bebé israelí murió por un disparo en la cabeza. Un mes después, un bebé palestino también fue baleado. Esta situación, dice Arbel, fue intolerable. Así, la empatía que se generó a través de la maternidad de la directora con las mujeres que perdieron a sus hijos fue el factor que la motivó a buscar testimonios de esta lamentable experiencia.
Durante casi una hora, 11 mujeres israelíes y palestinas hablan de sus hijos muertos, todos menores de edad, a causa del conflicto que comparten. Los testimonios son desgarradores, llenos de impotencia y en los que la resignación apenas se deja asomar. Igual sale un nudo en la garganta al escuchar a la madre palestina que recuerda a su hijo de 10 años muerto por un misil a las afueras de su casa, que a la madre israelí cuya hija adolescente murió en un atentado en Tel Aviv. Ambos son lamentables casos de terror. Las 11 mujeres, israelíes y palestinas, comparten el mismo dolor.
En pocas palabras, “Canción de Cuna” es un documental crudo y atrevido. Crudo, por la simple razón de que escuchar a 11 mujeres hablar, frente a una cámara, de sus hijos muertos se convierte en una experiencia emocional y reflexiva muy fuerte. El conflicto israelí-palestino deja de ser un asunto de análisis frío y conceptual. El documental obliga a reflexionar en otros términos respecto a las consecuencias reales de una guerra. De cualquier guerra. La maternidad de estas mujeres y la vida de familias enteras son trastocadas sin sentido alguno. Desde esta perspectiva, quizá la más humana, no existen razones políticas, sociales o económicas que sean suficientemente válidas para justificar un conflicto armado, mucho menos para pretender defender a alguna de las partes.
Y “Canción de Cuna” es un documental atrevido porque cruza la línea que separa a los llamados “enemigos”. En una guerra, como la que libran israelíes y palestinos, la propaganda y la retórica que abundan en el discurso de cada una de las partes están concentradas en desvirtuar al otro, en deshumanizarlo. Pero el documental en cuestión hace todo lo contrario. Si bien la tragedia de perder a un hijo enmarca esta producción, lo cierto es que lo hace desde un discurso distinto al de las posturas oficiales, donde las ideologías ni siquiera aparecen.
“Canción de Cuna” se atreve a hacer lo que pocos hacen. Permite escuchar y ver al otro, israelí o palestino, como lo que es: como un simple y llano ser humano que comparte el mismo dolor, los mismos sentimientos. Lo que logra Arbel con esta producción va más allá de entender al otro, se trata precisamentede sentirlo.
Así bien, “Canción de Cuna” no es un documental que permita comprender el conflicto israelí-palestino,pero definitivamente obliga a pensar, desde una perspectiva humana, en las consecuencias de cualquier guerra en la gente real, de carne y hueso.
En el marco del Festival Internacional de Cine Judío, “Canción de Cuna” se proyecta mañana miércoles 26 deenero en la Cineteca Nacional junto con otro documental a partir de las 5 y media de la tarde.
Reflejos y Sombras - 17/11/2005
JOSÉ HAMRA SASSÓN
MEDIO ORIENTE: UN MUNDO ENTERO
REVISTA ANTENA RADIO 107.9 FM
17 DE NOVIEMBRE DE 2005
de atravesar el espejo...”
Lewis Caroll, Alicia A Través del Espejo.
Dicen los que saben que la imagen obtenida en un espejo plano es virtual, una copia del objeto "que parece estar" detrás de él. La imagen está ahí, la vemos en el espejo, simétrica, con profundidad, forma y tamaño reales. Pero en principio el espejo no se puede atravesar, por lo que no podemos tocar la imagen que refleja, mucho menos alcanzarla. Si bien la imagen del reflejo es virtual, lo cierto es que, al menos en el mundo del espejo, objeto y reflejo no existen el uno sin el otro. Se necesitan con la distancia óptima para no desaparecer, ya sea por que alguno de los dos se va, o simplemente porque un choque entre reflejo y realidad provocaría la destrucción del espejo, llevándose entre sus añicos la existencia de ambos. Sin el espejo, no hay oportunidad para la convivencia obligada entre el objeto real y la imagen reflejada. En pocas palabras, en el espejo, uno sin el otro no existe, ni en las buenas ni en las malas.
Hoy en día encontramos procesos políticos paralelos y a la vez contrastantes en Israel y Palestina que podemos abordar bajo la “lógica del espejo”. Procesos que bien podrían ser el reflejo de uno en el otro. Por ejemplo, ambas naciones conmemoraron en días pasados los aniversarios luctuosos de dos líderes que murieron en funciones. En el caso israelí, se cumplieron 10 años del asesinato de Itzjak Rabin, el primer ministro que acabó formalmente con el tabú de no reconocer a la OLP. En Palestina, por su parte, se conmemoró el primer año de la muerte de Yasser Arafat, el líder histórico que a su vez reconoció la existencia de Israel. Ambos personajes son los actores centrales del apretón de manos enmarcado por Bill Clinton en los jardines de la Casa Blanca. La escena que creó esperanzas para la paz se dio en la ceremonia de la firma de los Acuerdos de Oslo, en septiembre de 1993, con los que se daba un giro radical a la relación entre israelíes y palestinos: israelíes y palestinos reconocían su necesidad de co-existir para perdurar. A la vez, Rabin y Arafat simbolizaron, en su momento, al guerrero convertido en hombre de paz.
Sin embargo, el fracaso del proceso de Oslo puso en entre dicho el acercamiento de los dos pueblos, al grado de que los reflejos no permitieron olvidar la imagen de la guerra. Para muchos palestinos, Rabin es el Ministro de Defensa que ordenó “romper los huesos” de los jóvenes palestinos que se manifestaban con piedras contra la ocupación israelí durante la primera Intifada. En el caso de Arafat, su reflejo para la mayoría de los israelíes es el de terrorista y obstáculo para la paz. Más aún, sus imágenes mortales también presentan paralelismos. Las dos cargan con un oscuro halo conspiratorio. Hay quien dice que en el asesinato de Rabin participó un segundo tirador. A Arafat, lo envenenaron, posiblemente uno de sus allegados. Teorías que empañan las imágenes, virtuales o reales, que se reflejan en el espejo.
Hoy en Israel y Palestina también se viven procesos políticos paralelos. Por una parte, el liderazgo de Ariel Sharon es fuertemente cuestionado por la ultra-derecha israelí y los rebeldes de su partido, el Likud, que no le perdonan la desconexión de Gaza. Desde su cosmovisión, el primer ministro renunció a una porción de la Tierra de Israel, contraponiéndose a la promesa divina. Por su parte, Mahmoud Abbas sobrevive todos los días en el fuego cruzado entre el gobierno israelí y el radicalismo palestino, por lo que no termina de legitimar su autoridad al interior del partido (Al Fatah) que heredó de Arafat.
Desde otro ángulo de la cara israelí del espejo, el gobierno de Sharon se extingue, ya que su principal socio en la coalición, el Partido Laborista, ha dejado de ser su comparsa para la imposición unilateral. El nuevo líder del laborismo, Amir Peretz, de extracción sindical, asume una posición combativa respecto a la política económica y retoma la bandera de la negociación. El razonamiento del Laborismo rejuvenecido es que un acuerdo de paz con los palestinos traerá beneficios económicos para ambas partes. En principio, habrá comicios generales en Israel en el primer trimestre del año 2006. En Palestina las elecciones parlamentarias están programadas para enero. Sin embargo, desde este punto, el lado del espejo palestino es cóncavo y muestra la cara inversa. La alternativa a Mahmoud Abbas, que defiende el diálogo con los israelíes, es la de Hamas, que no reconoce al Estado judío, ya que dicen, ocupa Tierra Islámica.
La “lógica del espejo” también guarda secretos que sólo son descubiertos si hay la creatividad suficiente y el valor necesario. Así como lo hizo Alicia, la de Lewis Caroll, que juega a que se puede atravesar el espejo sin romperlo. A pesar de los tambores de guerra, hay decenas de estos casos en la relación entre israelíes y palestinos. Quizá uno de los más dramáticos es el de Ahmed al Yatib, un niño palestino de 12 años que el 3 de noviembre murió por el disparo de un soldado israelí. Los padres de Ahmed donaron sus órganos para ser trasplantados a seis pacientes israelíes, con lo que salvaron sus vidas. La diferencia con Alicia es que este caso no se trató de un sueño. El dilema de atravesar el espejo se resuelve cuando el objeto se logra compenetrar con su reflejo, no obstante el conflicto. Coexisten más allá de la existencia independiente de cada uno de ellos, sin necesidad de destruirlo.
Danza con cuervos
Uno de los personajes de Carlos Ruiz Zafón en La Sombra del Viento, dice que “los pueblos no se miran nunca en el espejo y menos con una guerra entre las cejas”. Tarde o temprano israelíes y palestinos tendrán que atreverse a hacerlo para descubrir, reconocer y superar humildemente sus aspectos más negativos. Cuando lo hagan, podrán atravesar el espejo que los refleja sin romperlo.