“Cuando uno atribuye todos los errores a los otros y se cree irreprochable, está preparando el retorno de la violencia, revestida de un vocabulario nuevo, adaptada a unas circunstancias inéditas. Comprender al enemigo quiere decir también descubrir en qué nos parecemos a él.” – Tzvetan Todorov


domingo, 21 de diciembre de 2008

"Obama y Oriente Próximo" de Shlomo Ben-Ami

SHLOMO BEN-AMI
Obama y Oriente Próximo
SHLOMO BEN-AMI 16/12/2008
Los planes del presidente electo Barack Obama para Oriente Próximo, la región en la que las políticas de su predecesor destruyeron el prestigio de Estados Unidos en el mundo, representan un cambio positivo respecto al proyecto de Bush de remediar los males de la región mediante el "caos constructivo". Por desgracia, las promesas de Obama pueden resultar tan poco realistas como las anteriores.
La lista de objetivos de Obama es impresionante. Incluye salir de la ciénaga iraquí, resolver el enconado conflicto entre Israel y Palestina, emplear el diálogo para frenar las ambiciones nucleares de Irán y apartar a Siria de posiciones radicales, librar a Líbano de las garras sirias e impulsar la paz entre Siria e Israel. Y a esto puede añadirse una reorientación del esfuerzo militar estadounidense en la guerra de Afganistán.
Para valorar la magnitud de esta agenda, hay que confrontarla con el deprimente legado que recibe en esta región. Oriente Próximo está experimentando un peligroso proceso de somalización, con una cadena cada vez mayor de agentes no estatales, sobre todo grupos islamistas radicales, que se oponen a la idea del Estado prácticamente en todas partes.
Es lo que ocurre en Líbano con Hezbolá, en Palestina con Hamás, en Irak con el Ejército Mahdi de Múqtada al Sáder y docenas de grupos más, en Afganistán con los talibanes y los caudillos tribales, y en Pakistán con movimientos escindidos que se han visto envalentonados por la dimisión de Pervez Musharraf. En Egipto se aproxima el final del largo mandato del presidente Hosni Mubarak, y eso podría empujar a los Hermanos Musulmanes a luchar por el poder en El Cairo y, tal vez, obligar al sucesor de Mubarak a escoger entre acordarles un modus vivendi o librarles un combate a muerte.
Es posible que Obama comprenda enseguida que su calendario para la retirada de Irak no es realista. La rápida desaparición de las tropas norteamericanas podría desembocar en la desintegración del país en entidades políticas fragmentadas, una de las cuales sería probablemente una república islámica controlada por Irán.
Es cierto que la reaparición de los talibanes en Afganistán exige una respuesta militar más enérgica, pero, con el Ejército estadounidense atrapado en Irak y la resistencia de los aliados occidentales a enviar más tropas, el desmembramiento del país entre los caudillos locales no parece inverosímil. Y teniendo en cuenta que las operaciones militares de los aliados erosionan la legitimidad interna del presidente Hamid Karzai, Obama quizá debería seguir el consejo del ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, que advierte de que la respuesta en Afganistán tendrá que ser más política que militar.
En cuanto a Irán, Obama quizá tenga que recurrir a una estrategia de presión militar antes de lo que le gustaría. Irán ha demostrado que no tiene la menor intención de desviarse de su proyecto de alcanzar la categoría nuclear. Si Obama no logra un incómodo entendimiento con Rusia -para lo que sería necesario revisar los acuerdos estratégicos posteriores a la guerra fría-, las posibilidades de imponer un régimen estricto de sanciones a Irán serán escasas. Y no hay que descartar el espectro de una carrera armamentística nuclear en Oriente Próximo, en la que los rivales suníes de Irán -Arabia Saudí, Egipto y otros- intensifiquen sus esfuerzos para ser nucleares.
Mientras tanto, Obama hereda un Estados Unidos que ya no es la potencia hegemónica indiscutible y que, junto con sus aliados, está inmerso en la crisis económica más grave desde 1929. Enfrentado a una crisis que está sacudiendo los cimientos de su estilo de vida y con una deuda nacional de 10 billones de dólares y un déficit presupuestario de un billón de dólares, Estados Unidos no tendrá más remedio que optar por una política exterior más realista.
La llegada de Obama a la presidencia de EE UU representa un hito en la historia de su país, pero su idealismo necesita atemperarse con la conciencia de los límites del poder estadounidense. El reto de su política exterior no es transformar Oriente Próximo -ésa es la tarea a largo plazo de los habitantes de la región-, sino restaurar la dañada reputación de Estados Unidos en el mundo musulmán.
Para lograr ese objetivo es preciso resolver el conflicto árabe-israelí, especialmente la cuestión palestina. Durante su visita a la región el pasado mes de julio, Obama prometió abordar el conflicto entre Palestina e Israel "desde el momento mismo en el que tome posesión". No puede perder ni un minuto en cumplir esa promesa.
A diferencia de lo que sucede con el caos imposible de solucionar que en general hereda en Oriente Próximo, en el caso de la disputa entre árabes e israelíes ya está allanado el terreno hacia una solución de conjunto y no haría falta volver a inventar la rueda. Los dos factores necesarios son capacidad de liderazgo y compromiso, y la campaña del "Sí, podemos" de Obama ha demostrado que él cuenta con ambas cosas.
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jueves, 11 de diciembre de 2008

Opinión pública, redes sociales y paz

OPINIÓN PÚBLICA, REDES SOCIALES Y PAZ

JOSÉ HAMRA SASSÓN

MEDIO ORIENTE, UN MUNDO ENTERO

REVISTA ANTENA RADIO 107.9 FM

11 DE DICIEMBRE DE 2008

Estamos a pocas semanas de que se cumpla el plazo impuesto por los gobiernos de Israel, Palestina y Estados Unidos en el Proceso de Annapolis. Según este plan, israelíes y palestinos firmarían un acuerdo de paz fundamentado en dos Estados independientes antes de que George W. Bush abandone la Casa Blanca. Pero el proyecto fracasó. Lo sabíamos desde que se echó a andar. Las condiciones políticas aún no están dadas y en el transcurso del 2008 sólo han empeorado. Tanto el gobierno de Israel como el de Palestina carecen de la legitimidad suficiente como para dar los pasos necesarios en ese sentido. Ni que decir del anfitrión y mediador, Estados Unidos, que espera con ansias el relevo en Washington.

Cabe preguntarse si después del nuevo fracaso en el proceso político entre Israel y Palestina cabe alguna esperanza para un acuerdo de paz en Medio Oriente. La respuesta la podemos encontrar en la dimensión social. Dos centros de investigación, uno israelí y otro palestino, se han dado a la tarea desde 1993, año en que Itzjak Rabin y Yasser Arafat firmaron los Acuerdos de Oslo, de medir la opinión pública en estas dos sociedades respecto a las negociaciones de paz bilaterales. Se trata del Centro Tami Steimnetz para la Investigación de la Paz (junto con el Programa Evens de Mediación y Resolución de Conflictos) de la Universidad de Tel Aviv y el Centro Palestino para la Investigación de la Opinión Pública y Políticas Públicas (PSR, por sus siglas en inglés).

Esta semana se dieron a conocer resultados de sus últimos estudios. En el caso del “Índice de Guerra y Paz”, que genera el Centro Tami Steimnetz, los resultados de noviembre arrojan que 58% de la población judía de Israel apoya la creación de un Estado palestino. Una proporción similar considera que es justificado el deseo del pueblo palestino de tener un Estado independiente, que a su vez sería aceptable en el marco de un acuerdo de paz con Israel. Por su parte, el PSR, en el estudio trimestral publicado en septiembre, señala que 57% de los palestinos reconocería a Israel como el Estado del pueblo judío una vez que se establezca un Estado palestino y se resuelvan los asuntos primordiales del conflicto entre ambas partes. Más aún, 70% aprueba el reconocimiento entre los dos pueblos. Además, en el análisis de diciembre, señala que, en caso de realizarse elecciones parlamentarias y presidenciales en Palestina, los candidatos de Al Fatah triunfarían en las urnas sobre Hamás. Recordemos que Al Fatah, a diferencia del movimiento islámico, busca un acuerdo de paz para poner fin al conflicto con Israel.

Aunque estas cifras resultan alentadoras, lo cierto es que en ambos estudios también se refleja la desconfianza que se ha enraizado entre ambas sociedades. Por un lado, 43% de los palestinos considera que no es posible la reconciliación entre los dos pueblos y 69% piensa que las posibilidades para la creación de un Estado palestino en los próximos 5 años son bajas o nulas. Dentro de la población judía de Israel, se mantiene la sensación de inseguridad y miedo. Dos terceras partes creen que la mayoría de los palestinos no acepta la existencia del Estado de Israel y que desearían su destrucción.

Estos estudios muestran una doble percepción. Por un lado, hay un deseo generalizado en ambas sociedades de una paz fundamentada en dos Estados independientes. Es decir, existe una noción compartida para un acuerdo. Sin embargo, el miedo al otro, en la contraparte, nutre la desconfianza mutua. Al parecer, se trata de un dilema difícil de resolver. La mayoría de los israelíes y palestinos anhelan un acuerdo de paz, reconocen los derechos nacionales del otro, pero aún desconfían de él. Pero no hay contradicción alguna en esta afirmación. Buena parte de ambos pueblos no se interrelacionan. Los israelíes y palestinos de a pie tienen poca o ninguna relación entre sí. Y la poca relación que llegan a tener es, por lo general, a través de contextos de violencia donde los ciudadanos se encuentran con el soldado israelí o el militante palestino. En este sentido, lo que se reflejan uno a otros en la vida cotidiana es miedo.

Sin embargo, los estudios de opinión señalan que a pesar de las barreras del miedo al otro, también hay expectativas que se reflejan mutuamente, un deseo de acabar con la violencia que literalmente explotan los extremistas en ambos lados para mantenerse vigentes. Ante estos espejos, también se construyen los puentes que permiten atravesarlos, los espacios para el reconocimiento del otro. Es el caso de mepeace.org, una red social que inició en Internet, inspirada en Facebook, y que ha logrado, a lo largo del último año y medio, crear espacios de convivencia virtual y física entre israelíes y palestinos. Mepeace.org fue fundada por Eyal Raviv, con la idea de crear una comunidad de activistas por la paz tras la guerra del verano de 2006 y su encuentro en Francia con un palestino que “nunca antes se había reunido con un israelí”. El nombre de mepeace es un compuesto del acrónimo de Medio Oriente y la palabra “paz” en inglés (también podría interpretarse como de “Yo Paz”). Cuenta hasta el momento con 1,400 miembros que interactúan en foros de discusión y comparten fotos, videos e ideas. Es una red social especializada en la paz en el Medio Oriente, un espacio de interacción e información que permite conocer al otro en su humanidad, donde ciudadanos israelíes y palestinos, árabes y judíos, construyen la paz que los políticos no se atreven. Mepeace es reflejo de los anhelos de las mayorías silenciosas que habitan en Israel y Palestina, una muestra de que la reconciliación entre estos dos pueblos es posible. Vale la pena visitar la página electrónica para encontrar evidencia de que la reconciliación entre israelíes y palestinos es una realidad cotidiana (www.mepeace.org).

De esta forma, se responde a la pregunta que hacía en un principio: sí, aún cabe esperanza para un acuerdo de paz en Medio Oriente. Pero los esfuerzos sociales dependen de los avances que se generen en la dimensión política de Israel y Palestina. Lamentablemente es ahí donde las expectativas se mantienen bajas para el futuro próximo. Los liderazgos de palestina e Israel no parecen que se renovarse en ese sentido. Es posible que la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca cambie el lúgubre escenario, pero de eso hablaremos cuando llegue el momento.


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martes, 25 de noviembre de 2008

"Cómo Obama podría conseguir la paz" de Sélim Nassib

TRIBUNA: SÉLIM NASSIB
Cómo Obama podría conseguir la paz
SÉLIM NASSIB 23/11/2008
El decía que a Obama le sería difícil lograr la paz en Oriente Próximo porque el problema se ha vuelto muy complicado. Yo le respondí que no, que el problema es muy sencillo, el mundo entero conoce la solución, casi da vergüenza repetirla: la paz a cambio de los territorios, dos Estados que convivan uno junto a otro.
Me dijo: "Sí, pero ¿y Jerusalén, los refugiados palestinos de 1948, los asentamientos, el trazado de las fronteras?" Me quedé de una pieza. Le respondí que todo, absolutamente todo, se había discutido mil veces, párrafo por párrafo, con los mapas en la mano; los negociadores llegaron a hacer horas extraordinarias en Ginebra y todos los documentos están listos. Si se quisiera, se podrían firmar de aquí a tres meses.
"¿Pero quieren?", preguntó. Yo respondí: "Ésa es la cuestión, efectivamente". "¿Quién no quiere?", exclamó; y yo vi que esperaba que colocase a los extremistas de las dos partes espalda contra espalda (como en un duelo de pistolas), pero, no señor, lo que le dije fue: "¡Son los israelíes los que no quieren!" Él protestó: "¡Pero si una mayoría se pronuncia por la solución de dos Estados en todos los sondeos!" "Sí", contesté, "pero son esquizofrénicos: quieren la paz pero no interrumpen los asentamientos ni un solo día, da igual que su gobierno sea de izquierdas o de derechas. Siempre es igual, el sol se levanta, el sol se pone, y un nuevo pedazo de tierra palestino pasa por sus manos".
Afirmó que yo tenía mala fe, que se me olvidaba decir que Hamás no quiere la paz, ni Siria, ni mucho menos Irán. Le respondí: "Es verdad. Pero que les den una verdadera Palestina a los palestinos, y la influencia de las ideas de Hamás se fundirá como la nieve al sol. Es lo que pasó cuando se anunciaron los acuerdos de Oslo, hace 15 años. Y, si los palestinos están satisfechos, el mundo árabe, incluida Siria, aplicaría el plan saudí de paz ya aceptado, que prevé la normalización de todas las relaciones con Israel a cambio de la retirada de todos los territorios que se ocuparon en 1967, entre ellos el Golán sirio".
"¡Siempre quedará Irán", objetó, "Irán, que está preparando su bomba atómica, financia a Hezbolá y quiere borrar Israel del mapa!" "Por supuesto", respondí. "Pero ¿qué peso tendría Irán (y Hezbolá) si Israel y el mundo árabe dieran el paso histórico, apoyados por Estados Unidos, Europa, el mundo entero, con cientos de miles de millones de dólares para sostenerlo? ¡Muy poco! No obstante, incluso en ese caso, sería prudente no provocar el enfado de nadie: habrá que otorgar a Irán un premio de consolación, reconocer su importancia regional, por ejemplo. Estoy seguro de que a ese país, que tenía buenas relaciones con Israel antes de los mulás, no le importaría acudir a apoyar la victoria y participar en la fiesta. ¡Y qué fiesta habría!"
Reflexionó un instante y dijo: "Todo eso supone que todavía es posible una solución de dos Estados. Pero la multiplicación de los asentamientos ha hecho que los dos países estén inextricablemente unidos. ¿Cómo separarlos?" "Lo más lógico", contesté, "habría sido no hacerlo, sino orientarse hacia un Estado binacional, con el que, por otra parte, sueñan cada vez más palestinos. Pero no es buena idea: los israelíes no aceptarían así como así el gobierno de la mayoría, que, a fin de cuentas, haría que el país perdiese su carácter judío. Por ahora, los dos Estados sigue siendo la solución más segura, con Israel y Palestina unidos por todo tipo de acuerdos, irrigados por los mismos recursos hidráulicos e integrados en un mercado común regional".
Me preguntó: "¿Y usted cree que Obama va a conseguirlo? ¿Es que acaso cree que es un mago?" Le respondí que no (una verdad a medias), pero que tiene una oportunidad. "¿Cuál?" "Para empezar, sería preciso que Tzipi Livni, la dirigente del partido Kadima, ganase las elecciones del próximo mes de febrero en Israel. Recordemos lo que ha sucedido: Livni rompió las conversaciones con el partido ultrarreligioso Shas porque éste le exigía, entre otras cosas, que, en las negociaciones con los palestinos, no se aborde la división de Jerusalén. Dicha ruptura la obligó a aceptar elecciones anticipadas, pese a saber que su rival de la derecha, Netanyahu, le sacaba ventaja en los sondeos. Pero precisamente esa ruptura hizo que, de la noche a la mañana, se pusiera a su altura. Desde entonces, la campaña, muy abierta, se ha convertido en una elección entre los que están a favor de negociar la paz (con Livni) o en contra (con Netanyahu). Es decir, la cuestión está en manos del pueblo israelí, que ha visto, con la elección de Obama, en qué dirección sopla el viento de la historia".
"¿Bastaría, pues, que Israel vote a Livni?", preguntó, incrédulo. "No es tan sencillo", repliqué. "El sistema electoral israelí hace que los partidos religiosos se encuentren siempre en posición de ser los árbitros, y eso bloquea todo. En realidad, haría falta un maremoto que permitiera a Livni eludir a los religiosos".
Me miró y dijo: "Lo que haría falta es un milagro". Respondí: "Sí, prácticamente". Él preguntó: "Después de todo lo que ha pasado en Oriente Próximo -y lo que no ha pasado-, ¿todavía tiene fe?". Asentí con la cabeza.
Él se encogió de hombros: "En el fondo, usted es un optimista incorregible". Yo respondí en inglés: "Hope dies last (La esperanza es lo último que se pierde)".
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martes, 4 de noviembre de 2008

AÚN ES POSIBLE EL ACUERDO DE PAZ

AÚN ES POSIBLE EL ACUERDO DE PAZ

JOSÉ HAMRA SASSÓN

MEDIO ORIENTE, UN MUNDO ENTERO

ANTENA RADIO 107.9 FM

30 DE OCTUBRE DE 2008

A lo largo de octubre he planteado en esta sección un escenario pesimista sobre el llamado proceso de paz entre Israel y Palestina. A pesar de ello, estoy convencido en la posibilidad real para que israelíes y palestinos alcancen un acuerdo de paz bajo un marco de coexistencia entre dos Estados independientes compartiendo Jerusalén como capital. Sin embargo, en la medida que avanza el tiempo, las probabilidades de alcanzarlo se reducen ante la radicalización de los grupos extremistas de ambos lados, sectores que comparten visiones integristas y, por lo tanto, excluyentes.

No obstante el sentir pesimita, existen ventanas que aún no se cierran por completo, que permiten apostarle a construir escenarios levemente optimistas. Y es en este sentido, advierto de entrada, que corro el alto riesgo de llegar a una interpretación errónea. Pero tengo razones de peso para aventurarme. Por un lado, la Iniciativa Árabe de Paz regresa con fuerza al centro discursivo en el eje árabe – israelí. Esta declaración fue aprobada por la Liga Árabe en 2002 durante la Cumbre de Beirut y ratificada el año pasado en la de Riad. Presentada originalmente como el Plan Saudita, llama a Israel a retirarse de los territorios ocupados en 1967 y atender el problema de los refugiados palestinos a cambio de. La iniciativa ofrece reconocer al Estado judío, declarar el fin al conflicto y normalizar relaciones entre Israel y los países árabes.

Cuando este plan fue aprobado hace seis años, Ariel Sharon, entonces Primer Ministro de Israel, prácticamente lo ninguneó y se concentró en reaccionar a los sangrientos atentados terroristas de Hamas en territorio israelí. A los pocos días, ordenó la reocupación militar de los territorios palestinos y confinó a Yasser Arafat en Ramallah. Hoy el Plan Saudita es nuevamente tema de discusión en la clase política israelí y sigue siendo impulsada por los gobiernos de Egipto, Marruecos y Arabia Saudita, entre otros.

Por otra parte, se abren oportunidades frente al proceso electoral en Israel. Tzipi Livni, quien funge como Primera Ministra designada, desistió en sus esfuerzos de formar una coalición gobernante que reemplace a la de Ehud Olmert. Livni no cedió ante las presiones del partido religioso Shas, que exigía, entre otras cosas, retirar el tema de Jerusalén de las negociaciones con Palestina. Ante la incapacidad de lograr una mayoría parlamentaria, solicitó al Presidente Shimon Peres convocar a elecciones anticipadas.

El movimiento de Livni parece arriesgado, pues no tiene asegurado un triunfo en los comicios que se realizarán a principios de febrero próximo. Su rival más cercano es Benjamin Netaniahu, líder del Likud y quien fuera Primer Ministro en 1996. Netaniahu, responsable de destruir los Acuerdos de Oslo de 1993, se opone a cualquier concesión a los palestinos y se apoya en un discurso ultra-nacionalista y populista basado en el miedo.

El hecho de que Livni no cediera a las demandas sectoriales es un signo de integridad, pues no se dejó secuestrar por intereses particulares. Sin embargo, no la tiene fácil. Recordemos que su partido, Kadima, que se dice de centro, es un sub-producto de figuras que abandonaron el Laborismo y el Likud para apostarle al proyecto de Sharon. Kadima ganó las elecciones de 2006 con relativa facilidad. Sin una línea definida, pero sí pragmática, un sector de Kadima, en el que coinciden Olmert y Livni, reconoce la necesidad de un acuerdo de paz que implique la retirada de israelí de buena parte de Cisjordania, además de Jerusalén oriental. Es decir, han adoptado el programa de la izquierda israelí, renunciando a la fantasía de controlar los territorios palestinos. Precisamente, el reto para Livni será articular a este sector de las sociedades civil y política de Israel en torno a una plataforma de paz. En otras palabras, requiere hacer de las próximas elecciones un referéndum a favor de un acuerdo concreto de paz con Palestina. No es un escenario lejano, ya que, insisto, hay un sector de Kadima convencido de la necesidad de un Estado palestino al lado de Israel como corolario al proceso de paz. Los detalles ya están más que discutidos después de 15 años de negociaciones interminables.

Para concretar esta opción es necesario asociarse abiertamente con los sectores palestinos que comparten esta visión. La Autoridad Nacional Palestina, que encabeza Mahmoud Abbas, también debe organizar comicios a principios del próximo año para que los palestinos elijan un nuevo gobierno. Hamas ya declaró que no reconocerá a Abbas como presidente a partir de enero si no hay elecciones. De hecho, desde la toma armada de la franja de Gaza, no reconoce su autoridad, y lo amenaza para confrontarlo en Cisjordania. Y es ahí donde se abre una interesante oportunidad. Frente a la opción de un nuevo golpe de Hamas y su proyecto islamista, el cual rechaza la mayoría de los palestinos, Mahmoud Abbas puede lanzarse en la misma dirección que Livni. Con un proyecto de paz concreto bajo el brazo, que detalle los fundamentos de un Estado palestino viable, Abbas y su partido, Al-Fatah, también tienen la oportunidad embarcarse en un proceso electoral orientado a un referéndum a favor de un acuerdo de paz con Israel.

El contexto regional, bajo la tutela de la Iniciativa Árabe, y el internacional, con un inminente cambio en la política exterior de Estados Unidos, permiten valorar este escenario. Si Livni y Abbas logran interpretar el nuevo contexto en ese sentido, deberán trabajar en conjunto en un proyecto en común, que dicho sea de paso, sigue siendo el deseo de la gran mayoría de los israelíes y palestinos. Así pues, es permitido reivindicar la veta optimista, a pesar de las pocas probabilidades que actualmente hay para una paz posible entre Israel y Palestina.

jueves, 30 de octubre de 2008

¿Un Museo de la Tolerancia construído sobre un Cementeario Musulmán en Jerusalén?

POR LA URGENCIA PARA ACTUAR, LO DEJO AL COSTO...
HABLA POR SÍ MISMO...



A Museum of Tolerance built on top of a Muslim Cemetery in Jerusalem ? Hard to Believe?



It must be stopped!!!!



Join the Campaign





October 29, 2008



Can you even imagine the possibility of the State of Israel and the Jerusalem municipality building a Museum of Tolerance on the site of a Muslim Cemetery in the heart of Jerusalem ? Well it is happening. We tried to fight it in court but we lost. Imagine what would happen if someone in Europe - in Germany or Austria for instance, tried to build a Museum of Tolerance on top of Jewish graves.



The legal battle has been lost, now we must move on to the political battle. We must prevent this museum from being built on that site. Jerusalem will never be a city of peace if this is allowed to move forward.



Jerusalem is the one city in the world where there is a real potential to demonstrate that Jews, Christians and Muslims can live together in peace, understanding and real tolerance. Jerusalem is the place where we can learn to celebrate the diversities of our civilizations. If the construction of this museum is allowed to resume on top of a Muslim cemetery of religious and historical importance in the center of Jerusalem , this Holy city, will never realize its potential.



For the peace of Jerusalem , for the chance of peace, understanding and tolerance between Jews, Muslims and Christians we must stop this dangerous act.



We call on the Government of Israel and the Municipality of Jerusalem to stop the construction of the Wiesenthal Museum of Tolerance in name of public safety and in protection of the reputation of the State of Israel and the safety of Jews all around the world.



We call on Jerusalemites, Israelis and Palestinians to join our campaign.



We call on the candidates for Mayor of Jerusalem and for the Jerusalem City Council to speak out during the remaining days of the campaign – promise us that you won’t let this Museum be built in the Mamilla Cemetery .



We call on the Chief Rabbis of Israel not to let this shame on Judaism take place. In the name of Judaism, do not allow this Museum to built on top of Muslim graves.



We call on Israelis and Palestinians alike to send letters to your Presidents, Prime Ministers and Foreign Ministers urging them to stop the construction of the Museum in that location.



We call on Jews all over to write to the Wiesenthal Center Director Rabbi Hier urging him to change the location of the Museum. We urge Jews everywhere to write to the Government of Israel voice your objection to building a Museum of Tolerance on top of Muslim graves.



We call on Rabbis around the world to join the campaign. We are looking for several Rabbis who will coordinate organizing a Rabbis letter against the building of the Museum over Muslim graves.



We call on citizens of the world to join the campaign – raise your voices, - write to your own governments urging them to pressure the Israeli government to cease the construction of the Museum in that location.



Useful addresses and contacts:



President Marvin Hier, Dean, Wiesenthal Center
Fax: ++1-310-553-4521
email: information@wiesenthal.net



President Shimon Peres
Fax: ++972-2-567-1314
email: president@president.gov.il



Prime Minister Olmert
Fax: +972-2-670-5475
email: pmo.heb@it.pmo.gov.il



Foreign Minister Tzipi Livni
Fax: ++972-2-530-3367
email: sar@mfa.gov.il



Mayor of Jerusalem
Fax: ++972-2-629-6014
email: mankal@jerusalem.muni.il



Sfardi Chief Rabbi of Israel , Rabbi Shlomo Amar
Fax: ++972-2-537-1305
email: rabbis@rabbinate.gov.il





Ashkenazi Chief Rabbi of Israel , Rabbi
Fax: ++972-2-537-7872
email: rabbia@rabbinate.gov.il



President Mahmoud Abbas
Fax: ++972-2-240-9648

Prime Minister Salam Fayyad
Fax: ++972-2- 295-0970

Foreign Minister Riad Malki
Fax: ++970-2-240-3372 or ++972-2-240-3372
email: mofapal@gmail.com





The following is some factual information about the issue:



ISRAEL'S SUPREME COURT RULES CENTER FOR HUMAN DIGNITY-MUSEUM OF TOLERANCE JERUSALEM CAN BUILD ON WEST JERUSALEM SITE



The Israeli High Court of Justice has ruled that the building of the Museum is legal and the construction can continue. In February 2006 the High Court issued an injunction for freezing the construction. Since that time the Court has been considering the evidence presented for and against building the Museum. The decision of the Court places the burden on the Muslim Authorities to accept the “offers” made to them by the Wiesenthal Center to move the graves that will be affected by the building the Museum. The Muslim Authorities rejected all of the offers and claimed that the sanctity of the whole cemetery must be respected. In the initial groundbreaking and first construction some 300 skeletons were dug up and “boxed” by the Israeli Antiquities Authorities.



Furthermore, the Court rejected the claims by some experts (supported by IPCRI and others against the building of the Museum) and in favor of other experts brought by the Wiesenthal Center, that the construction of the Museum would not lead to a disruption of public order and that the Arab and Muslim world would accept the construction of the Museum as they had accepted the construction of the parking lot over part of the Museum in the mid 1960’s.






http://www.jpost.com/servlet/Satellite?cid=1225199598269&pagename=JPost%2FJPArticle%2FShowFull





Site for J'lem tolerance museum okayed



Oct. 29, 2008
Etgar Lefkovits , THE JERUSALEM POST



The Islamic Movement in Israel vowed to fight a Supreme Court ruling on Wednesday that a Museum of Tolerance could be built on its planned site in central Jerusalem even though it was part of the old, deconsecrated Mamila Muslim cemetery.



Work on the $250-million museum, which is being built adjacent to Independence Park by the Los Angeles-based Simon Wiesenthal Center, hit a snag three years ago when dozens of Muslim graves were found on a section of the site during the required preliminary excavations. Two years ago, a court ordered a freeze in construction.



The museum said Wednesday that construction would resume immediately.



But a showdown is expected, with the Islamic group set to announce its plans at a press conference in east Jerusalem on Thursday morning.



"All citizens of Israel , Jews and non-Jews, are the real beneficiaries of this decision," said Rabbi Marvin Hier, founder and dean of the Wiesenthal Center . "Moderation and tolerance have prevailed."



In their unanimous ruling, the justices noted that no objections had been lodged back in 1960, when the municipality put a parking lot over a small section of the graveyard, and that for the past half-century the site had been in public use.



The court said that an alternative proposal put forward by planners - including reburial of the bones or covering the graves - was "satisfactory" in trying to reconcile religious attitudes toward respecting the dead with the requirements of the law.



The court also noted that the Islamic organization that had filed the appeal, Al-Aksa Foundation, which is connected with the Islamic Movement, was declared illegal by Public Security Minister Avi Dichter earlier this year for its alleged ties with Hamas. Nevertheless, the court found, this in itself was not grounds to reject the appeal.



The court also said concerns that violence would break out if the construction went ahead were "not within the confines" of the ruling.



The decision came after seven months of arbitration failed to resolve the dispute.



An attempt to reach an out-of-court settlement broke down when Islamic officials rejected an offer by the museum to move the bones to a nearby neglected Muslim cemetery and to renovate it. The Wiesenthal Center refused to relocate the museum or to avoid construction on the small section of the site where the bones were found, saying the area was needed for the museum.



The bones, several hundred years old, were found on 12 percent of the site.



Islamic officials, who had repeatedly ruled out any construction at the site, criticized Wednesday's ruling.



"We did not expect much from the court, and it is clear that it is part of the Israeli establishment," Islamic Movement spokesman Zahi Nujidat said. "We will not give up easily."



In the past, public protests organized by the movement have turned violent.



The museum was originally expected to be completed in 2007. The Wiesenthal Center has spent millions of dollars in legal fees.



Hier said construction would take between three and three-and-a-half years.



According to the court's decision, construction can resume immediately, except for the small section where the human remains were found.



The court gave project managers 60 days to agree with the Antiquities Authority on a method for either removing any human remains for reburial or installing a barrier between the building's foundations and the ground below that would prevent graves from being disturbed.



The site was the city's main Muslim cemetery until 1948.



The Wiesenthal Center has cited rulings by Muslim courts, the most recent in 1964, that canceled the sanctity of the site because it was no longer used.



Hier said that the site, which was given to the center by the Israel Lands Administration and the Jerusalem Municipality in the '90s, had never been designated by Israeli authorities as a cemetery, and that for three decades it had been used as parking lot.



He added that throughout the Arab world, including in the Palestinian Authority, there had been extensive building on abandoned cemetery sites.



The museum construction site was dedicated with great fanfare in 2004, with top government officials and California Gov. Arnold Schwarzenegger in attendance.



The museum - which is being designed by world-renowned architect Frank Gehry and will include a theater complex, conference center, library, gallery and lecture halls - seeks to promote unity and respect among people of all faiths.



" Jerusalem is 3,000 years old, and every stone and parcel of land has a history that is revered by people of many faiths," Hier said. "We are deeply committed to do everything in our power to respect this sacred past, but at the same time, we must allow Jerusalem to have a future."





From the Weisenthal Center Web site:





“All citizens of Israel , Jews and non-Jews, are the real beneficiaries of this decision.” Rabbi Marvin Hier, founder and dean of the Simon Wiesenthal Center .



The Simon Wiesenthal Center applauded today’s Israeli Supreme Court decision allowing the Frank O. Gehry-designed Center for Human Dignity - Museum of Tolerance Jerusalem (MOTJ) to be built on its planned site in the center of the city. "All citizens of Israel , Jews and non-Jews, are the real beneficiaries of this decision," said Rabbi Marvin Hier, founder and dean of the Simon Wiesenthal Center . "Moderation and tolerance have prevailed. The MOTJ will be a great landmark promoting the principles of mutual respect and social responsibility." Construction on the project will resume immediately.
(cllick on above photo for hi-res image)

Jerusalem is 3,000 years old and every stone and parcel of land has a history that is revered by people of many faiths. We are deeply committed to do everything in our power to respect that sacred past, but at the same time, we must allow Jerusalem to have a future and we are honored to be given an opportunity to be a part of that future,” Rabbi Hier concluded.



http://www.wiesenthal.com/site/apps/nlnet/content.aspx?c=fwLYKnN8LzH&b=312458&content_id=%7BF0A2F515-5D48-4DF0-9C94-15D572857552%7D&notoc=1







Here’s something interesting from July 2007:





Jews outraged by construction
at site of famed Vilnius cemetery
By Dinah A. Spritzer



PRAGUE (JTA) -- Jews inside and outside of Vilnius are outraged at Lithuanian officials who have allowed construction on land believed to cover part of the country's largest Jewish cemetery.

Development of the King Mindaugas apartments is the second building project in two years that authorities have allowed on the area, one of the Lithuanian capital's prime real estate sites.

The city in May reportedly agreed to an international expert committee's recommendation that construction on the site be halted and that a geophysical survey be carried out in the disputed area. But construction has continued nonetheless.

“The government is playing a game with us, saying one thing and doing another," Simon Gurevichius, executive director of the Jewish Community of Lithuania, told JTA in a telephone interview.

Gurevichius said Lithuanian President Valdas Adamkus promised the Jewish community that a second building would not go up, “and meanwhile the digging is going on at a frantic pace where we know there are Jewish bones.”

Estimates put the number of those buried at the Snipiskes Cemetery at some 10,000 over six centuries, although many bodies were removed by the Soviet regime when it controlled Lithuania . Prior to World War II, Vilnius was one of European Jewry's most vital centers of religious life and education.

The city first sold part of a vast tract of land in the city center, occupied in part by the cemetery, to a local developer in 2003. Despite complaints by the 5,000-strong Jewish community, the city in 2005 allowed the construction of an apartment complex. Gurevichius estimates that apartment prices start at $400,000.

This February, the city granted a second building permit after receiving permission from the Ministry of Culture, which has the power to stop projects that interfere with ancient sites and ruins.



Based on archival research it commissioned, the city argued that the current construction does not overlap with the cemetery grounds.

After pressure and intervention from international voices such as the U.S. Embassy in Vilnius and the American Jewish Committee, the Lithuanian Prime Minister's Office agreed in March to an expert committee of Jewish leaders, government officials and members of the historical institute that would try to resolve the boundary dispute.

The state-run Lithuanian Historical Institute declared in May that the construction area in question does encroach on the cemetery's borders, but its recommendation to stop construction has been ignored. In an apparent bureaucratic snafu that Gurevichius attributes to ill will, the city and state authorities claim they are not following the institute document because it lacks the proper signatures.

Ina Irens, chief officer of the Vilnius municipal government's international relations department, wrote JTA by e-mail that the city was aware of the controversy on the cemetery boundaries and was still waiting for the expertise from the Lithuanian Institute of History and the final document from the panel of experts.

The document in question was signed by the institute's director, Gurevichius said, but one copy lacks the signatures of the two researchers who helped him. Now he worries that in a few months, the apartment building will be completed and the city will say, "It's here now, it would just cost too much to tear it down,” Gurevichius said.

Andrew Baker, director of international relations for the American Jewish Committee, said the expert group's 10 members -- half of whom were Lithuanian -- unanimously recommended that construction be halted until further research was conducted.

Baker said he told Lithuanian officials, including the foreign minister, that "this is an unacceptable response and surely the government could do more. It is hard not to conclude that the Lithuanian government has acted in bad faith.”

While the wrangling continues in Vilnius , the London-based Committee to Protect Jewish Cemeteries in Europe is convinced that the ongoing apartment construction, according to its own research in Vilnius , is disrupting the dead, which is a violation of Jewish law.

The cemetery committee, the Conference of European Rabbis and some 100 observant Jews held a prayer vigil in front of the European Commission in Brussels last week to protest the construction.

Abraham Ginsberg, the executive director of the cemetery committee, said: “We will protest at Lithuanian embassies around Europe , and men in black hats and long beards will lay down on the site if the construction does not stop.”













Gershon Baskin and Hanna Sinoira - Co-CEOs, IPCRI





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viernes, 3 de octubre de 2008

Se acaba la arena en el reloj de Annapolis...

La iniciativa de George W. Bush se pierde en el tiempo de un 2008 que está por concluir (muchos quisiéramos que ya haya llegado a su fin). La pregunta es si también se ha agotado, al menos por el momento, la posibilidad de alcanzar un acuerdo de paz entre Israel y Palestina. Quedan claros los términos, están más que discutidos, pero la frustración reside en la falta de liderazgos capaces de hacer eco al deseo de las mayorías en las sociedades israelíes y palestina. Ehud Olmert, el primer ministro israelí en funciones (quien renunció a su puesto formalmente a finales de septiembre) declaró hace unos días que a Israel no le queda otra más que retirarse de Cisjordania. A buena hora lo aceptó, cuando no tiene costos políticos que asumir.

Van a continuación dos participaciones en Revista Antena Radio, de Horizonte 107.9FM (de la sección "Medio Oriente: Un Mundo Entero). La primera, del 18 de septiembre, en la que expongo una nueva estrategia que se está gestando en el frente palestino. La segunda, del 2 de octubre, donde doy cuenta del asedio a la población palestina y los pacifistas israelíes por parte de la derecha ultra-nacionalista y religiosa en Israel. Dos retratos para abordar el momento actual y especular sobre el futuro de la relación entre israelíes y palestinos.

Asedio del extremsimo israelí

ASEDIO DEL EXTREMISMO ISRAELÍ
JOSÉ HAMRA SASSÓN
MEDIO ORIENTE, UN MUNDO ENTERO

ANTENA RADIO 107.9 FM
2 DE OCTUBRE DE 2008

El vacío de poder que se vive en Israel tras el fracaso del gobierno de Ehud Olmert es reflejo del deterioro de su sistema político, que se manifiesta inestable, pero además paralizado ante su mayor reto: asegurar la existencia de Israel como un Estado judío y democrático. Una condición impostergable es lograr un acuerdo de paz con el pueblo palestino basado en el proyecto de dos Estados independientes. Sin embargo, este escenario tiene fecha de caducidad. Como comentábamos hace 15 días, se gesta en Palestina un movimiento que diseña una nueva estrategia basada en un Estado binacional para israelíes y palestinos. Lo anterior sin dejar de lado la amenaza siempre latente de una nueva ronda de violencia.

En este tipo de escenarios, donde la incertidumbre es moneda corriente, las visiones maniqueístas, totalitarias y unidimensionales salen a la luz y secuestran al resto de la sociedad. Los movimientos extremistas aprovechan la oportunidad para hacerse presentes ante la ineficiencia en la que pueden caer los sistemas democráticos. Los métodos empleados, por lo general, se apartan de la vida institucional. Precisamente, en Israel el sistema democrático empieza a perder espacios frente al extremismo nacionalista de corte religioso de los colonos judíos en Cisjordania.

El movimiento nacional-religioso de Israel cobró fuerza tras la guerra de 1967, una vez que Israel se hizo del control de Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental. Estos territorios, desde su visión, habían sido redimidos. Buena parte de la historia que narra el Antiguo Testamento se concentra en ciudades como Hebrón y Jericó. Desde esa perspectiva, las ramas más extremas de la derecha israelí se han manifestado en los últimos quince años como una reacción al proceso de paz con los palestinos.

Y es que de concretarse un acuerdo, el territorio de Cisjordania y Jerusalén oriental pasarían a soberanía palestina, con lo cual las colonias judías deberían ser evacuadas, tal y como sucedió en la franja de Gaza en 2005. En los años más recientes, la radicalización del movimiento nacionalista y religioso se ha expresado en el establecimiento de caravanas de jóvenes militantes en las colinas cisjordanas adyacentes a poblados palestinos o colonias judíos. Estos asentamientos, muchas veces apoyados desde cúpulas gubernamentales, se han convertido en hechos consumados que poco a poco hacen inviable un Estado palestino territorialmente continuo. Junto con estos actos de provocación se construyen carreteras de seguridad para uso exclusivo de lo colonos, haciendo una verdadera hazaña el traslado de la población palestina entre poblados. El extremismo de los militantes judíos es tal que se han enfrentado incluso a la policía y ejército israelíes cuando han intentado desalojarlos. Sin embargo, prácticamente ningún gobierno ha querido asumir el costo político que implica erradicar al extremismo sionista de tierras palestinas. Quien lo hizo tibiamente, como Itzkak Rabin, recordemos, fue tachado de traidor y después fríamente asesinado.

Se calcula que hoy en día hay al menos 270 mil judíos viviendo en asentamientos en Cisjordania (sin considerar otros 200 mil en Jerusalén oriental), una cifra que se duplicó desde 1994, año en que se afianzó el proceso de Oslo entre Israel y la OLP. Junto con el terrorismo palestino, la colonización judía de la tierra palestina ha sido uno de los obstáculos que han impedido avanzar en el proceso diplomático. Estos asentamientos son además fuente de la creciente frustración de los 3 millones de palestinos de Cisjordania. Junto a las razones ya expuestas, estos militantes nacional-religiosos se manifiestan de forma altamente violenta, sembrando el terror en la población civil palestina. De acuerdo a la organización israelí B’tselem, que vela por los derechos humanos de los palestinos en los territorios ocupados, los colonos judíos patrullan caminos y ponen obstáculos físicos en tierras palestinas continuas a los asentamientos judías, algunas veces con aprobación de las autoridades israelíes. En ocasiones, los colonos expulsan de sus tierras a palestinos que se dedican a la agricultura. Esta organización pro-derechos humanos ha documentado casos de ataques y amenazas contra población palestina, con armas de fuego, golpizas, piedras, perros de pelea, además de destrucción de equipo agrícola y cosechas, robo de ganado, y todo tipo de hostigamiento contra civiles palestinos.

Por si fuera poco, estos grupos extremistas literalmente se han apropiado del discurso nacionalista israelí y han creado un peligroso precedente. Aunque son una minoría dentro de la sociedad israelí, se visten de una moralidad redentora tan peligrosa como la del extremismo de Hamas. Igualmente fundamentan sus preceptos ideológicos en textos religiosos y se dicen dueños de la verdad absoluta.

Una de las víctimas más recientes de la intransigencia de los colonos extremistas en Cisjordania es el profesor Zeev Sternhell, un especialista en movimientos fascistas y que ha denunciado insistentemente la ocupación israelí en los territorios palestinos. Sternhell sobrevivió hace una semana a un atentado con una bomba de fabricación casera en Jerusalén. Terroristas judíos de extrema derecha pusieron precio a la cabeza de miembros del movimiento izquierdista Paz Ahora, al cual pertenece Sternhell.

El mensaje está más que claro. Sólo un avance real y concreto en el proceso de paz podrá desactivar la amenaza que representan estos movimientos extremistas. Más aún, de no alcanzarse un acuerdo de paz con los palestinos, se pone en peligro a la democracia israelí y la existencia de Israel como un Estado seguro para sus ciudadanos.