Por qué debemos llevar luz a
la oscuridad de Israel
Daniel Bar-Tal *
Asumir
responsabilidad es probablemente uno de los retos esenciales que
enfrentan los seres humanos; ya sea responsabilidad hacia uno mismo, hacia su
propio grupo o nación, o hacia otros. Asumir responsabilidad significa precisamente
eso: que la persona decide libremente asumir responsabilidad para rectificar lo
que percibe como una falta moral.
Dos
historias de mi familia me han guiado a través de la vida. En 1939, mi madre, cuando tenía 27 años, fue
urgida por su ansiosa abuela localizar a las unidades del ejército soviético, estacionadas
a las afueras de su nativa Chelm, al este de Polonia, para instarles a regresar
a la ciudad y prevenir así que los judíos fueran atacados.
Un
oficial soviético le dijo: “No puedo regresar la unidad a Chelm porque recibí
órdenes de retirarme. Pero yo soy judío
y sé lo que los nazis alemanes harán con los judíos. Mi sugerencia es que subas en el camión y
viajes hacia el este con nosotros, esta es tu única oportunidad de sobrevivir.” Mi madre evaluó la situación en el acto y
decidió subir al camión. Ella
sobrevivió, pero casi ninguno de los judíos que quedaban en Chelm lo logró;
tampoco el resto de su familia en Varsovia.
La
segunda historia se refiere a la hermana de mi madre, que tenía 16 años cuando
estalló la guerra y fue trasladada al Gueto de Varsovia, donde se unió a un
grupo de resistencia judía. En 1942 su
hermano la llevó con una familia polaca en el lado ario de Varsovia, pero al
año siguiente la llamaron para regresar al gueto y participar en un
levantamiento infructuoso para mostrar al mundo que los judíos podían resistir a
su exterminio. Nunca supimos lo que le
pasó. Ella desapareció en la
conflagración de la lucha judía por la libertad.
En
ambos casos, la responsabilidad se tomó con mucha seriedad para elegir la
libertad: mi madre optó por la supervivencia personal, mientras que su hermana
lo hizo por la solidaridad grupal y una muerte casi segura.
El
judaísmo responsable se basa en la cultura judía y el aprendizaje. Todos los
libros sagrados, incluida la Biblia judía, contienen mandamientos diferentes, a
menudo contradictorios. Sin embargo,
como judíos responsables tenemos el deber de pensar, evaluar y elegir lo que
nos parece moral y justo.
Rabí
Hillel resumió la Torá con una breve
frase: “Todo aquello que es odiado por ti, no lo hagas a tu prójimo”. Nuestras experiencias de conversiones
forzadas, expulsiones y pogromos deben convertir la enseñanza de Hillel en una
brújula moral para nuestro comportamiento futuro. Esto nos obliga a erradicar las inclinaciones
racistas, antidemocráticas, nacionalistas y totalitarias de los sistemas
políticos, sociales y educativos.
Años más
tarde mi madre regresó a Polonia con otros supervivientes para ver las tumbas que
quedaban. Había sacado una lección
básica de su destino: sería una judía responsable que optara por una vida moral
de justicia, libertad, igualdad y paz.
Ya entrada en sus ochenta, se unió a un grupo de “Mujeres de Negro” convocando
el diálogo con el enemigo palestino. Fue
su decisión inequívoca y libre pararse allí, manteniéndose firmemente
convencida de que nosotros, como judíos, debemos luchar activamente para traer paz
y justicia a nuestra tierra en conflicto.
En el
espíritu de Tikkun Olam
(literalmente, reparación del mundo) y en la tradición de los profetas, muchos
judíos han luchado contra las políticas inmorales, represivas y
antidemocráticas en todo el mundo: en los Estados Unidos por la libertad y los
derechos humanos; en Sudáfrica contra el mal del apartheid, o en Argentina contra la dictadura militar.
No
obstante, las batallas por un mundo mejor aún no han terminado. Vivimos en un mundo donde la oscuridad está escalando.
Como judíos responsables debemos
responder siempre que la moral sea profanada, la justicia derrotada, la
igualdad negada o los derechos humanos violados.
50
años de la ocupación israelí es una oscuridad que riñe con los sueños de los
padres fundadores del Estado judío.
Durante medio siglo, millones de palestinos han vivido bajo la ocupación
israelí; situación que trae consigo más derramamiento de sangre y debilita el
tejido democrático y moral de la sociedad israelí.
El
movimiento Salva a Israel – Detén la
Ocupación (Save Israel-Stop theOccupation, SISO) pretende unir a los judíos de todo el mundo hacia el objetivo
de asumirse responbles, en el espíritu de igualdad, justicia y libertad, y como
expresión de nuestra preocupación y amor por Israel. El costo del silencio excede por mucho el
costo de la participación en términos tanto de nuestra identidad judía como de
la naturaleza del futuro de Israel.
Tal
como y como se ordena en Levítico 25:10: “Y Santificareis el año cincuenta y
pregonareis la libertad en toda la tierra para todos sus moradores. Será un jubileo para ti; y cada uno volverá a
su posesión; y cada uno volverá a su familia”.
Como judíos responsables entendemos: una nación no puede ser libre
cuando priva a otra nación de su libertad.
Nuestra voz debe ser escuchada – “libertad para los palestinos”.
* Daniel
Bar-Tal es profesor Emérito en la Escuela de Educación de la Universidad de Tel
Aviv y es fundador de Save Israel-Stop
the Occupation (Página Web: www.siso.org.il).
(Artículo publicado
originalmente el 15 de mayo de 2017 como “Why we must bring light to Israel's
darkness” en The Jewish Chronicle https://www.thejc.com/comment/comment/why-we-must-bring-light-to-israel-s-darkness-1.438587
. Traducción: José Hamra Sassón).
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