“Cuando uno atribuye todos los errores a los otros y se cree irreprochable, está preparando el retorno de la violencia, revestida de un vocabulario nuevo, adaptada a unas circunstancias inéditas. Comprender al enemigo quiere decir también descubrir en qué nos parecemos a él.” – Tzvetan Todorov


sábado, 31 de mayo de 2008

"Soy una chilanga judía que defiende a los palestinos": Gaby Lasky

Hay frases que son contundentes tan sólo por el valor que se requiere para externarlas. Y digo valor porque muchas veces lo que provocan es el rechazo inmediato en el mar de insensatez que a menudo priva en contextos de guerra. ¿Es posible que una israelí – judía – sionista (y chilanga) se levante como defensora de palestinos? ¿No que los palestinos son terroristas? Bueno, no todos, casi ninguno. Es más, la gran mayoría son víctimas de la ocupación que ejerce Israel en Palestina. Y la resistencia no es sinónimo de terrorismo, aunque en algunos casos suceda. Entendiéndolo así, sí es posible que existan personas como Gabriela Lasky, mexicana y judía que emigró a Israel siendo una adolescente hace más de 30 años. Hoy en día una abogada que se dedica a defender a palestinos en los tribunales militares israelíes. Hay decenas de palestinos presos que pasan años en cárcel sin un juicio de por medio. El 17 de abril pasado el diario El País publicó una breve entrevista con Lasky, quien también fungió como Secretaria General de Paz Ahora (Shalom Ajshav). La entrevista se puede leer aquí: Soy una chilanga judía que defiende a los palestinos.

Afortunadamente en Israel y Palestina, dos sociedades en conflicto, existen estas ave raris que alientan a una solución enfrentando la crudeza de la realidad. Dice Amos Oz que el drama en el conflicto entre israelíes y palestinos se encuentra en que el derecho de ambas partes a vivir en esa tierra es igual de legítimo. Ambos tienen razón. En otras palabras, no hay buenos ni malos, cosa que resulta difícil entender cuando en los dos lados de la ecuación se socializa hacia lo contrario: “el otro es el mal encarnado y nosotros somos sus víctimas”. Insisto que romper con esa dinámica requiere de un gran valor de palabra y acción. Un ambiente radicalizado como el que existe en Israel y Palestina no es el más propicio para externar estas ideas sin temor a ser señalado como traidor. Para las mentes excluyentes que imponen su agenda a través de la violencia, la traición merece la muerte, como lo demuestra la historia reciente.

Por otra parte, e indirectamente relacionado, circula por Internet el video País de Mierda, que busca ser, aparentemente, una crítica a lo que se considera una práctica informativa desfavorable a Israel, donde sólo se muestra la violencia. Hasta cierto punto la iniciativa, lanzada por el Colectivo DAVID, responde a una inquietud añeja: los medios de información se guían por la violencia. No niego que así sea, estas iniciativas ciudadanas para “fiscalizar” a los grandes medios permiten dimensionar la información. Es cierto, no todo en Israel es violencia ni ocupación. Pero País de Mierda raya en lo contrario y más que esclarecer parece un instrumento de propaganda que niega esa otra realidad, la de la ocupación.

Lo que se requiere, pienso yo, es una visión crítica –y autocrítica (reitero el sentido de valor)- que permita romper los cercos informativos que niegan la realidad. Cambiar la realidad no se logra negándola (incluyendo la responsabilidad de Israel en el drama palestino), ni dando a conocer el rostro chabacano, rosa, de Israel. En otras palabras, no se trata de aceptar la agenda amarillista y sangrienta de la mayoría de los grandes medios, pero tampoco la información a-crítica y aséptica que niegan esa otra realidad de la que pocos se sentirían orgullosos (que País de Mierda refuerza con un test maniqueo).

Si vieron el video de País de Mierda, ambas casos, el del país violento y el del país bonito, son dos caras de la misma moneda. Como en cualquier otro país. Lo grave sería desconocer el conflicto y sus causas.

Esta discusión me recuerda la canción de Nurit Galron Apres Nous la Deluge/Ajarenu ha-mabul (algo así como “Después de nosotros, el diluvio”, frase que describe una premonición del inminente derrumbe político y social en Francia, atribuida a Madame de Pompadour, amante de Louis XV). Galron lanzó esta canción en 1989, durante la primera Intifada. Justamente habla de la negación de una de esas realidades. Dejo aquí la traducción al inglés de la letra. Se puede escuchar un fragmento aquí.

Nurit Galron: Lyrics

translation by Daniel Rice

Apres Nous la Deluge (acharenu ha-mabul)

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Nurit Galron/Arkady Duchin

There is a country of stones and molotov cocktails

And there's Tel Aviv burning with clubs and licentiousness

There's a country of revolutionaries where they bandage the wounded

And there's Tel Aviv celebrating a life of eating and drinking

No, don't tell me about a girl who's lost her eye

It just makes me feel bad

I have no strength for folks who are oppressed and imprisoned

And I don't care what happens in the territories

Don't tell me about a "Yellow Time," about curfews and rebels

Let's make love, let's live life

Tel Aviv, that's life

No, don't tell me about a girl who's lost her house

It just makes me feel bad

I have no strength for guardians of morals or righteous people

Let's swallow Tel Aviv's noisy streets

No, don't tell me about a girl who's lost her childhood

It just makes me feel bad

Let's live the Tel Aviv which lies before us

After us, the flood

The satiated don't understand the hungry

Tel Aviv is life

http://www.well.com/~yudel/R-lnurit.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando recibí el mail del video "país de mierda" pensé dos cosas: la primera fue en el comentario que me hizo la persona que me lo mandó (POR FIN UNA VISIÓN POSITIVA DE LO QUE ES ISRAEL); y la segunda en lo que me hizo sentir ver lo que se proyectaba.

Por una parte sentí algo de emoción al ver el contraste planteado, dejandome una sensación de alegría más que de tristeza y enojo. De cieta manera, plantear lo que es Israel comenzando con imagenes agresivas y después ver lo que se ha logrado en 60 años no me parece una mala idea.

Creo que si hay que tomar la información con pinzas, que no podemos olvidar que todo lo que se muestra ES lo que es Israel.

Eso, las dos caras de la moneda: lo bueno y lo malo...

Entiendo el problema de lo mediático pero dejemos que la luz de lo positivo, aunque sea por un instante, quede en nuestros corazones y en nuetros pensmientos.


Marlene