“Cuando uno atribuye todos los errores a los otros y se cree irreprochable, está preparando el retorno de la violencia, revestida de un vocabulario nuevo, adaptada a unas circunstancias inéditas. Comprender al enemigo quiere decir también descubrir en qué nos parecemos a él.” – Tzvetan Todorov


viernes, 31 de julio de 2009

Barenboim en el atril de la paz - El País 31/07/09

REPORTAJE: música

Barenboim en el atril de la paz


West Eastern Divan, la orquesta de músicos israelíes y palestinos fundada por el gran director judío y por el escritor Edward Said, cumple diez años e inicia su gira europea

JESÚS RUIZ MANTILLA - Pilas - 31/07/2009

Era un sueño más que noble hace 10 años. Hoy es una realidad que crece, madura y enseña a sus miembros a reflexionar sobre uno de los conflictos más desesperantes de la historia reciente: el de Oriente Próximo. Cuando el intelectual palestino Edward Said y el músico judío Daniel Barenboim concibieron el West-Eastern Divan, pudieron pensar que sería bonito intentarlo al menos una vez.

Era un sueño más que noble hace 10 años. Hoy es una realidad que crece, madura y enseña a sus miembros a reflexionar sobre uno de los conflictos más desesperantes de la historia reciente: el de Oriente Próximo. Cuando el intelectual palestino Edward Said y el músico judío Daniel Barenboim concibieron el West-Eastern Divan, pudieron pensar que sería bonito intentarlo al menos una vez. Juntar músicos israelíes y palestinos para demostrar lo que pueden hacer juntos y no les dejan: convivir.

Es una pena que Said muriera en 2003. Hoy estaría orgulloso de lo que su amigo Barenboim y su viuda Mariam han conseguido: una orquesta de altura y unos chicos que ya no se miran unos a otros como una amenaza. Un proyecto vivo que saca los colores a los Gobiernos de la zona y demuestra algo muy simple: aunque los mandatarios se empeñen en demostrar que palestinos e israelíes no pueden construir nada juntos, su obcecación no es cierta. No hay nada más que ver a estos jóvenes tocar al unísono una sinfonía de Mahler o Chaikovski. En eso, sencillamente, consiste su profunda provocación.

Tras una década de trabajo, al Divan le ha llegado la madurez. Pero también cierta frustración. "En el terreno musical, nuestro avance ha sido impensable. En cuanto al conflicto, estamos muy desilusionados", asegura Daniel Barenboim, que estos días ensaya con los 103 chicos de la orquesta en Pilas (Sevilla). Allí se han juntado como cada verano -con la subvención y el apoyo de la Junta de Andalucía, que apadrina el proyecto desde 2002- los jóvenes de entre 12 y 31 años que forman el grupo en el que conviven españoles, árabes de Líbano, Jordania, Egipto o Siria, además de palestinos e israelíes.

Parecen cansados. El maestro les hace trabajar de lo lindo. Desayuno, ensayo. Comida, ensayo. Cena y, quien quiera, más ensayo en los talleres, instrumento por instrumento... O sesión con expertos para analizar claves del conflicto con las que discuten y tratan de acercar posiciones. Todo menos pelear. Salvo esas guerras con pistolas de agua que les sirven para refrescar los 40 grados de justicia que les caen encima. Así más de un mes. Música y diván. Beethoven, Wagner, Berlioz y un poco de Freud. Con una gira incluida. Una gira por algunos lugares donde sólo se acogen grandes orquestas. Empiezan el día 2 y 3 en Sevilla, siguen el 5 en Madrid y el 6 por San Sebastián. De ahí viajarán a Génova, a los festivales de Salzburgo y Bayreuth y a los Proms de Londres.

Alternan un programa apretado y difícil con la ópera Fidelio, versión concierto y solistas de la altura de Waltraud Meier, Peter Mattei o Adriana Kucerova; la Sinfonía Fantástica, de Berlioz, "una pieza que cambió la historia de la música", asegura Barenboim; los Preludios de Liszt; algún pasaje de Tristán e Isolda, "Wagner lo tocan con toda naturalidad", comenta el director; Berg, Schoenberg y una sesión dedicada a Pierre Boulez que él dirigirá alternándose con Barenboim en Salzburgo.

Con todo eso en cartera, toca trabajar duro. El maestro no pasa una. Es obsesivo, perfeccionista, intransigente con los retrasos y las ausencias. "Si estáis aquí es para ir más allá del resto. El Divan no es algo profesional. Si habéis venido creyendo que después vais a conseguir audiciones para grandes orquestas os habéis equivocado de sitio. Esto va mucho más allá", les comenta, como un auténtico general de este armónico ejército de la paz.

Eso en cuanto a la necesaria concienciación. Pero también es tremendamente puntilloso con la música. No negocia con los ritmos, con las entradas a deshora, con el tempo: "¡Podéis soñar con el sonido, pero no con el tempo! ¡No os durmáis con el tempo!", les indica. "¡A ver esas violas! ¡No sé dónde estáis este año!" (ver video del ensayo aquí).

Trabajar a fondo con él les trae a cuenta. Lo dicen los españoles Pablo Martos, violín, y Rubén Fornell, contrabajo, de 31 y 18 años respectivamente. Veterano y novato. "Lo que aprendes en los ensayos no tiene precio", comentan en un descanso, mientras reponen sus músculos de la tensión. Es un privilegio. Pese a las broncas y las obligadas visitas al fisioterapeuta -que no da abasto estos días-, lo saben llevar. "¡Te voy a matar como vuelvas a entrar mal!", le espeta Barenboim a Nabeel Aboud Ashkar, palestino de Nazaret, experimentado miembro del Divan con 27 años. "Me hará alguien muy famoso", responde él, con guasa, ante la carcajada de sus colegas y la del propio Barenboim, desarmado.

Nabeel cree ciegamente en el Divan. Tanto que se ha encargado de proveerlo de sangre joven. Tres alumnos suyos del conservatorio de Nazaret han entrado este año en la orquesta. Tienen 12, 13 y 16 años. No van a la zaga de los mayores. "Este año hemos empezado a gran nivel. En la música hemos hecho progresos alucinantes". Lo otro va más lento. "Para comprender todo en su dimensión básica hemos tardado seis, siete años", comenta Nabeel.

Ahora sin embargo, todo es mucho más fácil. Ha surgido la amistad entre muchos de ellos. Saben como lidiar con la tensión constante. Lo cuenta Sharon Cohen, israelí de 26 años, violinista: "Un momento duro fue la última guerra del Líbano. Éramos incapaces de redactar una declaración. Nadie se ponía de acuerdo. Pero aquello sirvió para superar cosas que han venido después, como lo de Gaza este año. En esa ocasión también salimos con un comunicado. Pero no hubo ningún problema. La primera versión nos pareció a todos bellísima y muy acertada".

Los terribles bombardeos de Gaza a principios de año supusieron toda una prueba de fuego para los miembros del Divan. Les cogió en una gira poco habitual, fuera del verano. Habían decidido hacer una en enero para celebrar el 10º aniversario. "La situación era terrible y les dije que si querían irse, podían hacerlo", asegura Barenboim. "Nadie se fue". Es una prueba de la madurez que han alcanzado para su propia convivencia.

Aunque falten cosas, como comenta Ramzi Aburedwan, 30 años, viola y director de Al Kamandjati, un conservatorio de Ramallah creado por él. "Si estoy aquí es para demostrar que cuando ambas partes estamos en igualdad de condiciones podemos hacer grandes cosas juntos. Pero también para denunciar que hoy no ocurre eso en nuestra tierra. No puede imaginarse nadie cómo nos tratan los israelíes. No como a seres humanos, sino como a una amenaza permanente. Mientras sea así, no hay nada que hacer", afirma Ramzi.

Las cosas pueden cambiar en corto plazo. Hay fe en Obama. "Su discurso de El Cairo fue excepcional. Histórico. Ahora falta ver si el Departamento de Estado le deja llevar a cabo su política", comenta Barenboim. Una política que tiene como uno de sus faros a Edward Said. "Sabíamos que lo leía y que acudía a sus conferencias. Obama no es el tipo de político estadounidense que pronuncia un discurso basado en lo que sus asesores le han dicho la noche anterior. Conoce el drama palestino, es sensible a él", asegura Marian Said.

La viuda del otro impulsor del Divan cree que en parte se ha cumplido su sueño, aunque todavía falten cosas fundamentales. "Como por ejemplo, poder tocar en todos los países que cuentan con un miembro en la orquesta. Hasta ahora no lo hemos conseguido", dice Said. La incomprensión hacia el proyecto de algunos gobiernos de la zona, duele. Aunque va desapareciendo, poco a poco, cree el propio Barenboim.

Pero lo más importante se va cumpliendo: "La idea de Edward era romper barreras. Fomentar el conocimiento mutuo. Coexistir, aprender a vivir unos con otros". Nada de política, decía. "Creía que no debía ser un proyecto que tuviera que ver con los gobiernos en conflicto, ni siquiera con el proceso de paz. Era algo humanístico, educativo".

Así lo ve Waltraud Meier, una asidua al Divan desde hace cuatro años. "Las orquestas profesionales, tocan por cumplir sus contratos, a estos jóvenes sencillamente les va la vida en ello. Esa es la diferencia, por eso repito", comenta la gran cantante alemana. Más con una obra como Fidelio, ideal para la causa, que Barenboim y algún experto como Michael Steinberg, director del Cogut Center for Humanities y profesor de la Universidad de Brown (Boston), desmenuzan en cada ensayo. "Fidelio no sólo trata el ansia de libertad exterior. También el interior. Es la máxima expresión del espíritu libre. Enseña a afrontar la vida sin prejuicios", asegura Meier. Justo lo que necesita el conflicto de Oriente Próximo, romper barreras, tabúes y desconocimiento mutuo: "A veces lo más difícil de todo es caer en lo más obvio", asegura la cantante.

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miércoles, 15 de julio de 2009

Breaking the Silence - Testimonios de soldados israelíes en Gaza 2009

Rompiendo el Silencio (Breaking the Silence) es una organización israelí formada por soldados veteranos que sirvieron en Gaza y Cisjordania. Su objetivo es recolectar testimonios de los soldados con el fin de dar cuenta a la sociedad israelí de la cruda realidad que la ocupacion militar creó en los territorios palestinos.


El 15 de julio dio a cononcer 54 testimonios de soldados israelíes que participaron en la Operación Plomo Fundido (eufemismo de la Guerra de Gaza, diciembre 2008 - enero 2009). Estos testimonios no coinciden con los reportes del ejército israelí y dan a conocer la innecesaria destrucción de casas, el uso de fósoforo en áreas densamente pobladas y la atmósfera que se generó para disparar indiscriminadamente contra la población palestina.

"Te sientes como un niño pequeño observando y quemando hormigas a través de una lupa"...



sábado, 11 de julio de 2009

It's the occupation, stupid!

Encountering Peace: It's the occupation, stupid!
Jul. 6, 2009
Gershon Baskin , THE JERUSALEM POST

Many voices here are already pondering the question how are we going to deal with at least three more years of an anti-Israel administration in Washington. These are the people who think that pressuring Jerusalem to meet its road map obligations is empowering the Arabs and weakening the country.

One such person, and he defined himself as pro-peace, told me that until the Arabs recognize Israel as the Jewish state, freezing settlements sends the wrong message; it tells the Arabs they don't have to do anything and that all of the pressure will only be on Israel.

But the government knows that it is obligated to the road map, which states quite explicitly it must "immediately dismantle settlement outposts erected since March 2001... and consistent with the Mitchell Report, freeze all settlement activity (including natural growth of settlements)." While it is true that the Sharon government issued 14 reservations to the road map, the US never accepted them, except for what appears to be an unwritten understanding between Sharon and president George W. Bush regarding growth in the settlement blocs and in Jerusalem. But the Bush administration was voted out of office and with it those unwritten understandings, as Secretary of State Hillary Clinton has indicated so clearly.

WHAT'S ALL the fuss anyway? Who really cares about a few more houses and school classrooms in settlements? Well, the whole world. At the outset of Oslo, the world, including the Arab world (and also including the supporters of peace in Israel and in Palestine), actually believed that the peace process was about ending the occupation, peace between two states living side-by-side, building cross-boundary cooperation in every field possible, ending violence and ending the conflict.

During those optimistic days, several countries without diplomatic relations with Israel established them, and several Arab countries even allowed it to open commercial interests offices in their countries. Some Arab countries even opened their own representative offices in Israel. This was possible because they believed the Oslo peace process would bring an end to the occupation.

They had good reason to believe that. The Israeli-Palestinian Interim Agreement of September 1995 stated clearly: "The two sides agree that West Bank and Gaza Strip territory, except for issues that will be negotiated in the permanent status negotiations, will come under the jurisdiction of the Palestinian Council in a phased manner, to be completed within 18 months from the date of the inauguration of the council." The agreement further stated: "Redeployments of Israeli military forces to specified military locations will commence after the inauguration of the council and will be gradually implemented.".

The interpretation of these sections was that prior to the beginning of permanent status agreements Israel would have withdrawn from more than 90 percent of the West Bank. The US and the Palestinian calculated then that the land area connected to permanent status negotiations, meaning the settlements, accounted for 2%-5% of the West Bank (counting the built-up areas of the settlements with a radius of about 100 meters from the last home in each settlement). The "specified military locations" was estimated to account for about 2% of the West Bank.

WHEN BINYAMIN Netanyahu was first elected in 1996, a "conflict" of interpretation developed between the Prime Minister's Office and the Foreign Ministry. At that time I saw a document produced by the legal department of the Foreign Ministry explaining that the new interpretation of the Prime Minister's Office was incorrect. It stated the following: According to the Prime Minister's office, the settlement areas in question are based on the statutory planning maps of the civil administration and not on the built-up areas. Those zoning maps provide the settlements with about 40% of the West Bank.

Furthermore, the Prime Minister's office stated that instead of "specified military locations" the real intention was "security zones" - meaning that the entire Jordan Valley is a security zone, all of the areas around settlements are security zones, the bypass roads to settlements are security zones, and so are all of the lands adjacent to the Green Line. In other words, 60% of the West Bank would remain in Israeli hands, and in the negotiations with the Palestinians Israel would retain well above 10% of the West Bank, and if possible more.

This, according to the Palestinians and even the US, was a major breach of the agreement and it was one of the significant reasons for the failure of the entire process. At that point, the process ceased to being about ending the occupation and instead about how emasculated the Palestinian entity would be.

Ehud Barak understood that he would have a very tough negotiation on the territorial question. When I asked his chief of staff Gilead Sher why the prime minister was building even more settlements than Netanyahu, his answer was "the story of the goat" - meaning it would appear that Israel was making larger concessions than it really was.

Ariel Sharon always believed, as did other Likud leaders,that the settlements would be the best way of preventing the establishment of a Palestinian state in the West Bank. It turns out that they were probably right. Many today even question the very viability of a Palestinian state because of the settlements.

Yet the entire international community, with the exception of Iran, Libya and perhaps Israel (look at the club of nations we have joined), believes that a Palestinian state must be established on the basis of the June 4, 1967 borders. There is no other solution to the conflict. Instead of dealing with that reality, the government is trying to pressure the US and the EU to transform the peace process into a regional peace process.

Netanyahu, Barak and other members of the government think that if they agree to a three-month settlement freeze, not including Jerusalem, the world will consent. The EU and the US in private meetings with Netanyahu and in public statements have insisted that Israel must focus on the settlement issue and not on tricks to avoid making the difficult decisions. All settlement building must stop.

While this is a tactical issue from the standpoint of moving forward with the peace process, since even a full settlement freeze will change nothing on the ground, it does have strategic consequences. The settlement freeze is meant to be an indication that Israel has accepted the principle that the occupation must come to an end. Only then will it be really possible for the rest of the Arab world to consider how to phase in normalizing relations as they began to do with the outset of Oslo.

Yes, Judea and Samaria are our historical, religious and national lands, and the argument is not about our right to be there, whether the world accept that right or not. The reality is that there is no other way to achieve peace with our neighbors. There is global consensus on this issue and continued objection will only increase our isolation. Boycott, sanctions and divestment are right around the corner. The international community knows that it worked in South Africa and that it will work against Israel as well. It is time to wake up and face reality. We can, with the help and understanding of the world, led by President Barack Obama, develop a peace process that is based on real security and real peace, but we must recognize that there are no short cuts. We must signal that the occupation will come to an end and then begin to act accordingly.

The writer is the co-CEO of the Israel/Palestine Center for Research and Information. www.ipcri.org

This article can also be read at http://www.jpost.com /servlet/Satellite?cid=1246443736613&pagename=JPArticle%2FShowFull

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