"Plegaria de un judío por los niños de Gaza" por Bradley Burston
Si alguna vez hubo un tiempo para rezar, este es ese tiempo.
Si alguna vez hubo un lugar abandonado, Gaza es ese lugar.
Señor, quien eres el creador de todos los niños, escucha nuestros rezos en este maldito día. Dios, a quien nombramos Bendito, mira de frente a los niños de Gaza. Que también sepan de tus Bendiciones y tu protección. Que también sepan de tu luz y calor donde ahora sólo hay oscuridad y humo. Donde ahora sólo hay un frío que corta y oprime la piel.
Todopoderoso que hace excepciones a las que llamamos Milagros, haz una excepción por los niños de Gaza. Protégelos de nosotros y de los suyos. Sálvalos. Cúralos. Bríndales seguridad. Libéralos del hambre y del horror y de la furia y de la pena. Libéralos de nosotros y también de los suyos.
Devuélveles sus infancias robadas, su derecho a nacer, que es una prueba del cielo.
Recuérdanos, Oh Señor, del niño Ismael, que es el padre de todos los niños de Gaza. Recuérdanos de cómo el niño Ismael no tenía agua y fue abandonado a la muerte en el desierto de Bersheva, totalmente despojado de toda esperanza, al grado de que su propia madre no pudo soportar ser testigo de cómo se le acababa la vida.
Sé el Señor, el Dios de nuestro pariente Ismael, quien escuchó su llanto y envío a Su ángel para consolar a su madre Hagar.
Sé ese Señor, que estuvo junto a Ismael ese día, y todos los días posteriores. Sé ese Dios, el Todo Misericordioso, que ese día abrió los ojos de Hagar y le mostro el pozo de agua, para poder darle de beber al niño Ismael y salvarle la vida.
Alá, a quien nombramos Elohim, que otorga la vida, que conoce el valor y la fragilidad de cada vida, envía Tus ángeles a estos niños. Salva a los niños de Gaza, el lugar más hermoso y el más maldecido.
En este día, cuando la agitación y la rabia y el luto llamado guerra roban nuestros corazones y los cubre de cicatrices, te invocamos a ti, al Señor cuyo nombre es Paz:
Bendice a estos niños y sálvalos de la calamidad.
Míralos de frente, Oh Señor. Muéstrales, como si fuera la primera ocasión, luz y ternura y gracia infinita.
Míralos, Oh Señor. Permíteles ver tu cara.
Y, como si fuera la primera ocasión, bríndales Paz.
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Con agradecimiento al Rabino Rabbi Levi Weiman-Kelman de Kol HaNeshama, Jerusalén.
Versión Original en:
http://www.haaretz.com/hasen/spages/1052871.html
A Jew's prayer for the children of Gaza
By Bradley Burston
If there has ever been a time for prayer, this is that time.
If there has ever been a place forsaken, Gaza is that place.
Lord who is the creator of all children, hear our prayer this accursed day. God whom we call Blessed, turn your face to these, the children of Gaza, that they may know your blessings, and your shelter, that they may know light and warmth, where there is now only blackness and smoke, and a cold which cuts and clenches the skin.
Almighty who makes exceptions, which we call miracles, make an exception of the children of Gaza. Shield them from us and from their own. Spare them. Heal them. Let them stand in safety. Deliver them from hunger and horror and fury and grief. Deliver them from us, and from their own.
Restore to them their stolen childhoods, their birthright, which is a taste of heaven.
Remind us, O Lord, of the child Ishmael, who is the father of all the children of Gaza. How the child Ishmael was without water and left for dead in the wilderness of Beer-Sheba, so robbed of all hope, that his own mother could not bear to watch his life drain away.
Be that Lord, the God of our kinsman Ishmael, who heard his cry and sent His angel to comfort his mother Hagar.
Be that Lord, who was with Ishmael that day, and all the days after. Be that God, the All-Merciful, who opened Hagar's eyes that day, and showed her the well of water, that she could give the boy Ishmael to drink, and save his life.
Allah, whose name we call Elohim, who gives life, who knows the value and the fragility of every life, send these children your angels. Save them, the children of this place, Gaza the most beautiful, and Gaza the damned.
In this day, when the trepidation and rage and mourning that is called war, seizes our hearts and patches them in scars, we call to you, the Lord whose name is Peace:
Bless these children, and keep them from harm.
Turn Your face toward them, O Lord. Show them, as if for the first time, light and kindness, and overwhelming graciousness.
Look up at them, O Lord. Let them see your face.
And, as if for the first time, grant them peace.
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With thanks to Rabbi Levi Weiman-Kelman of Kol HaNeshama, Jerusalem.
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