“Cuando uno atribuye todos los errores a los otros y se cree irreprochable, está preparando el retorno de la violencia, revestida de un vocabulario nuevo, adaptada a unas circunstancias inéditas. Comprender al enemigo quiere decir también descubrir en qué nos parecemos a él.” – Tzvetan Todorov


miércoles, 2 de diciembre de 2009

Cuando el Tiburón y el Pez se encontraron por primera vez - Gilad Shalit

De acuerdo a filtraciones a la prensa, las negociaciones entre Hamás y el gobierno de Israel están por lograr un nuevo acuerdo. Israel liberará a casi 980 prisioneros palestinos a cambio del soldado Gilad Shalit, capturado por militantes palestinos hace 3 años y medio al sur de Israel, en los linderos con la franja de Gaza.

De concretarse, sería un paso más sobre el intercambio de prisioneros. El 2 de octubre Hamás dio conocer un video que muestra a Shalit vivo y con buena salud. A cambio, el gobierno de Benjamín Netaniahu liberó a 20 presas palestinas.

Irónicamente, Israel y Hamás no se reconocen como interlocutores. El segundo llama a la destrucción del primero, y el primero considera al segundo como una organización terrorista. En el papel se niegan a negociar entre ellos. En la realidad, las negociaciones actuales dan indicios de que no son necesariamente la primera vez que lo hacen. Más aún, no es necesariamente la última vez que lo hagan.

En 1998, cuando tenía 11 años, Shalit escribió un cuento sobre la amistad “imposible” entre un pez y un tiburón. Sin importar quién es pez y quién tiburón (unos y otros se ven como el pez frente al tiburón), palestinos e israelíes están reflejados en ese cuento, prisioneros de sus propios prejuicios. ¿Escribiría Shalit otra vez este cuento? No lo sé. De lo que sí tengo certeza es que incluso la intransigencia tiene un límite.


Cuando el Tiburón y el Pez se encontraron por primera vez

Por Gilad Shalit

Un pequeño y hermoso pez nadaba en medio de un pacífico océano. De pronto, el pez vio a un tiburón que se lo quería comer.

Entonces, comenzó a nadar bien rápido, pero el tiburón también lo hizo.

De repente, el pez se paró y le dijo al tiburón:

“¿Por qué me quieres comer? ¡Podemos jugar juntos!”

El tiburón pensó y pensó finalmente dijo: De acuerdo, está bien. Vamos a jugar a las escondidillas.

El tiburón y el pez jugaron durante todo el día, hasta que el sol comenzó a bajar.

En la tarde, el tiburón regresó a su casa.

Su mamá le preguntó: “¿Cómo la pasaste, mi querido tiburón? ¿A cuántos animales te comiste el día de hoy?”

El tiburón le contestó: “Hoy no me comí a ningún animal, pero jugué con uno llamado PEZ”

“Ese pez es uno de los animales que nos comemos. ¡No juegues con él!”

En la casa del pez, sucedió lo mismo. “¿Cómo estás pececito? ¿Cómo te fue en el mar?” preguntó la mamá del pez.

El pez respondió: “Hoy jugué con un animal llamado TIBURÓN”

“El tiburón es el animal que se comió a tu papá y a tu hermano. No juegues con ese animal”, le dijo la mamá.

Al día siguiente, ni el tiburón ni el pez fueron a la mitad del océano.

No se reunieron durante muchos días, semanas y hasta meses.

Un día se encontraron de casualidad. De inmediato, cada uno nadó y se escondió atrás de su mamá y otra vez no se reunieron por días, semanas y meses.

Después de que pasó todo un año, el tiburón salió a dar un lindo paseo. También lo hizo el pez. Se encontraron por tercera vez en su vida. Y entonces el tiburón le dijo: “Tu eres mi enemigo, pero a lo mejor podemos hacer la paz”.

El pececito dijo: “Está bien”.

Jugaron en secreto durante días, semanas y meses, hasta que un día, los dos amigos fueron juntos a hablar con la mamá del pez. Después hicieron lo mismo con la mamá del tiburón. Y desde ese día, tiburones y peces viven en paz.

FIN

Traducción al español de la versión en inglés When the Shark and the Fish First Met de Gilad Shalit: José Hamra Sassón.

viernes, 13 de noviembre de 2009

El espejo frente al espejo.

Construir una paz basada en la coexistencia entre israelíes y palestinos es un camino arduo. De eso somos testigos cotidianos. Los obstáculos no sólo se encuentran en las involuntades políticas o “las pre-condiciones para negociar las negociaciones” a las que nos tienen habituados los débiles liderazgos de Israel y Palestina. También en la dimensión social, donde se han logrado los mayores avances de acercamiento, encontramos muros de desconfianza que aportan poco o nada al proceso de construcción de paz. El periodista Gil Zohar documenta en Peace without dialogue? Impossible (Common Grounds News Service) su experiencia en ese sentido en el contexto del festival cultural palestino (Al-Quds Underground) en Jerusalén oriental.

Del otro lado de la moneda, un video de Peace it Together (proyecto documentado en marzo pasado en Frente al Espejover aquí), nos muestra el detrás de cámara que llevó a 10 adolescentes israelíes y 10 palestinos a derribar el muro que se interpone entre ellos.

Peace without dialogue? Impossible
Gil Zohar

JERUSALEM - There aren’t too many English-language journalists who have covered Arab Jerusalem as I have for In Jerusalem in recent years—reporting on everything from a home in Anata built and demolished four times and now facing a fifth demolition order, to the first shopping mall along east Jerusalem’s main street Salah a-Din Street which received a building permit after 42 years of bureaucracy; from the al-Mamal Foundation for Contemporary Art inside the New Gate, to a conference on Palestinian refugees at al-Quds University in Abu Dis. These are all stories I have reported in an objective manner.

Thus it happened that last weekend I duly RSVP’d to a guests-only invitation to the Al-Quds Underground, touted as an unconventional festival with more than 150 small shows in private spaces in the Old City. Performances included music, storytelling, dancing, short acts and food. Locations were living rooms, a library, courtyards, gardens and more unique places. My expectation of a celebration of Jerusalem’s diversity was dashed, however, when I arrived late Saturday afternoon at the Damascus Gate meeting point. Politely asked in English by Jamal Goseh, the director of the a-Nuzha Hakawati Theater near the American Colony Hotel, “Where do you live?” I responded in Arabic that I live in Jerusalem. From my accent and appearance, he discerned that I am an Israeli.

Al-Quds Underground’s artistic director Merlijn Twaalfhoven of Amsterdam then told me, along with some Israeli peace activists who had arrived, that we were not welcome. My reply that I had been invited was to no avail, nor was my guarded threat to pen an expose of their discrimination.

And so here it is.

For the sake of fairness, I met Twaalfhoven the next day to allow him an opportunity to explain… or dig himself a deeper hole. (Goseh declined my request for an interview.) “We want to bring art to the world,” he began. “I sometimes break through the boundaries between art and life. That is the core of my work.”

A visionary creator of art happenings such as a dance performance at the Jalazoun refugee camp near Ramallah and the Long Distance Call concert on the rooftops of the Turkish half of the divided Cypriot city of Nicosia, Twaalfhoven said he had vaguely heard that the Arab League had chosen Jerusalem as Al-Quds 2009 Capital of Arab Culture and that the Israeli government had banned the festival as a political event forbidden under the Oslo Accords. “I don’t know the details. I thought it was a good idea to bring people together.”

Twaalfhoven then added, “The local people told me months ago that Israelis cannot go. Our team [of 12 Dutch activists and eight artists] had to promise that we would not allow peaceful Israelis to come.”

Apologetic over what had happened, he then spilled the beans. The €50,000 project was funded by the European Union through the Dutch charity Cordaid and the Alexandria-based Anna Lindh Euro-Mediterranean Foundation for the Dialogue between Cultures. To have said no to discrimination would have meant to scuttle the budget.

Al-Quds Underground’s no-Israelis rule is part of a larger policy set by the Palestinian Boycott Divestment and Sanctions (BDS) National Committee. This BDS movement, founded in 2005, can take credit for the cancellation of Leonard Cohen’s September concert at the Ramallah Cultural Palace.

Similarly in 2007, BDS activists succeeded in getting Canadian rock ‘n’ roll star Bryan Adams to pull the plug on back-to-back concerts in Jericho and Tel Aviv. Organised by the New York-based One Million Voices, the concerts were intended to promote a two-state solution to resolve the festering Palestinian-Israeli conflict.

BDS activists in Europe and elsewhere aim to isolate and discomfit Israel just as South Africa’s apartheid regime was targeted in the 1980s. This rejection of normalisation of relations is a historic and strategic mistake based on the false analogy between apartheid and Zionism.

Never mind the snub I received Saturday. On a broader level, the BDS movement is missing the point that peace is best promoted at a grassroots level, person to person, Jew to Arab, and Arab to Jew.

Those who think Israel can be pressured into coexistence are mistaken. Two states for two peoples will be embraced when enough people demand it. BDS fosters the illusion that Palestinians can achieve their goal of statehood without ever accepting Israel and Israelis.

Boycott, divest and sanction? I respond, Embrace, invest and encourage. Peace starts among people. Anyone unprepared for honest dialogue with the other is suffering from acute xenophobia. As Black Panther activist Eldridge Cleaver once remarked, “You’re either part of the solution or you’re part of the problem.”

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* Gil Zohar is a journalist in Jerusalem. This article is distributed by the Common Ground News Service (CGNews) with permission from The Jerusalem Post.

Source: The Jerusalem Post, 08 November 2009,
http://www.jpost.com

Copyright permission is granted for publication

lunes, 2 de noviembre de 2009

Jordanos-Israelíes-Palestinos comparten recursos naturales y problemas ambientales

Crédito: "5" y "0" (c) Itamar Grinberg 2009
Facebook EcoPeace Foeme: "350: International Day of Climate Action
By EcoPeace Foeme

On October 24, FoEME took part in 350.org’s International Day of Climate Action. The world’s best climate scientists advise that the international community must stabilize the concentration of CO2 in the atmosphere at 350 parts per million in order to avert the worst consequences of global warming. To urge global leaders to remember this number at the next round of international climate talks in December, over 5,200 groups in 181 countries organized events around this number.

Here in Israel, Jordan, and Palestine, FoEME mobilized 300 concerned citizens from all three nations to create human chains of the digits “3,” “5,” and “0.” FoEME’s event took place at three different sites along the Dead Sea, symbolizing the importance of trans-boundary cooperation over shared natural resources and common environmental problems. Photos from the event, as well as from the other events all over the world, were projected in Times Square, New York all day on October 24, and were delivered to the United Nations on Monday, October 26.

Bill McKibben, founder of 350.org, commented on FoEME's event, saying; 'If there's any image that illustrates the ability of people to come together across political boundaries, this should be it.'"

Las fotos en Facebook se pueden ver desde aquí.





Barghouti y Baltzer en The Daily Show

Mustafá Barghouti es secretario general de la Iniciativa Nacional Palestina (Al-Mubadarah), un movimiento político de corte reformista y secular que fundó junto con Edward Said y Haidar Abdel-Shafi en junio de 2002. Su objetivo, convertirse en una alternativa incluyente a Hamás y la OLP, a las que ha criticado duramente. En las elecciones presidenciales de 2004 recibió 20% de los votos, muy lejos del 80% de Mahmoud Abbas, pero sin duda ofreciendo una opción al oficialismo palestino. De acuerdo a la encuesta más reciente del Jerusalem Media & Communications Center, Barghouti recibiría el 7% de los votos en las elecciones programadas para el próximo año. La INP poco más del 3%. Si bien su presencia en la calle palestina es aún marginal frente a las dos principales fuerzas políticas, lo cierto es que este movimiento puede convertirse en la alternativa secular al descrédito de Al-Fatah y el debilitado liderazgo de Abbas.

Barghouti y su organización defienden la posibilidad de un acuerdo de paz con Israel basado en dos Estados, con una Palestina independiente en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental. Hace unos días fue entrevistado junto con Anna Baltzer en The Daily Show, programa que conduce Jon Stewart. Baltzer es una judía estadounidense, activista pro-derechos humanos, publicó en 2007 Witness in Palestine: A Jewish American Woman in the Occupied Territories, donde da cuenta de la resistencia no-violenta palestina contra la ocupación israelí.

La entrevista, que en momentos puede resultar polémica, resulta reveladora en el sentido de constatar la interacción de Baltzer, una mujer judía, y Barghouti, un hombre palestino, que comparten un espacio de diálogo y reconocimiento como seres humanos con las mismas pretensiones.

La entrevista completa, sin editar, se puede consultar aquí.




domingo, 11 de octubre de 2009

Energía y tecnología: construyendo COMUNidad entre israelíes y palestinos.

Comet-ME es otra experiencia de coexistencia palestina/israelí – árabe/judía. Tal y como lo dice su nombre COMunidad, Energía y Tecnología en el Medio Oriente (Comet-ME, por sus siglas en inglés), buscan crear un sentido de comunidad ente israelíes y palestinos a través de la construcción de sistemas de energía renovable en poblaciones palestinas marginales. Dicta su página de internet: “Comet-ME es una iniciativa conjunta de israelíes y comunidades palestinas que creen que las barreras de hostilidad pueden ser eliminadas mediante un trabajo conjunto y concreto, destinado a demoler muros de segregación y racismo”.

Según Comet-ME, muchas poblaciones palestinas viven hoy marginadas a consecuencia de la construcción de asentamientos judíos en los territorios palestinos. El ejemplo de Susya, al sur de las montañas de Hebrón, habla por sí sólo. El cableado eléctrico que el Estado de Israel extendió a los asentamientos judíos y bases militares israelíes ignoró por completo las necesidades de este poblado. Elad Orian y Noam Dotan, fundadores de Comet-ME, han aliviado esta situación precaria a través de la instalación de tecnologías eólicas y solares que producen energía eléctrica en comunidades empobrecidas, en buena medida, producto de la ocupación israelí y la presencia de los colonos judíos en los territorios palestinos.


Comet-ME es una iniciativa de ingeniería social y ambientalmente responsable, construye “sistemas de energía renovable para comunidades que no están conectadas a la red eléctrica por razones políticas y capacitamos a personas de la comunidad para instalar y mantener estos sistemas. El abastecimiento de energía renovable a comunidades no conectadas a la red responde a necesidades sociales, económicas y ambientales. No se trata de un lujo superfluo sino de un tema vital en una situación particularmente dura”. El proyecto en Susiya ha facilitado la principal actividad económica de sus pobladores: la producción de mantequilla y su refrigeración para la venta.


Comet-ME es uno de los 12 finalistas del World Challenge 2009 (patrocinado por la BBC y Newsweek), una competencia global que busca incentivar pequeñas empresas y proyectos innovadores con alto impacto social (ver video en http://www.theworldchallenge.co.uk/2009-finalists-project11.php). Comet-ME es apoyado por The Villages Group, una iniciativa palestino-israelí que opera desde 2002 con el fin de apoyar en el desarrollo de comunidades palestinas aledañas a Nablus (en Cisjordania). Ambos proyectos, Comet-ME y The Villages Group, más que organizaciones se consideran iniciativas de individuos con un carácter social y humano. El motto de la segunda resume la visión de las dos: “Quizás no podemos lograr una paz general, pero sí podemos realizar hechos de paz”.

El hecho es que benefactores y beneficiados han dado el paso necesario para atravesar el espejo y acabar con el estado de guerra al que están condenados en su reflejo. Se reconocen, ante todo, como seres humanos, dispuestos a construir un futuro viable para palestinos e israelíes.

The New York Times reproduce la siguiente nota de la Associated Press sobre Susya y Comet-ME: “Israelis Bring Green Power to West Bank Village”.

jueves, 20 de agosto de 2009

Otro ladrillo contra el muro

REPORTAJE: cine

Otro ladrillo contra el muro

La ONU estrena un documental narrado por Roger Waters, de Pink Floyd, sobre el impacto de la barrera de 700 kilómetros que divide a israelíes y palestinos

ANA CARBAJOSA - Jerusalén - 20/08/2009

Cuando Roger Waters, fundador de Pink Floyd, aterrizó en Israel para tocar ante 50.000 personas hace tres años, no sospechaba que su visión de la zona y del conflicto de Oriente Próximo iba a dar un vuelco. Pero el día antes del concierto, funcionarios de la ONU lo pasearon por Cisjordania con un objetivo: que el autor del legendario álbum El muro viera la mole de hormigón que divide Israel de los territorios palestinos. "Había visto fotos, había oído hablar mucho de él, pero sólo cuando lo ves te das cuenta de lo opresivo que es y de lo triste que es ver a la gente pasando por esos pequeños agujeros. Es una locura", dijo entonces el compositor.

El impacto que le produjo aquella experiencia no se ha borrado con el paso del tiempo y ahora, tres años más tarde, Waters se ha convertido en actor y narrador de Horizontes vallados, una película que Naciones Unidas presentó ayer en Jerusalén Este, que piensa colgar a partir de hoy en YouTube y con la que pretende dar a conocer el impacto de la barrera en la vida diaria de los palestinos (Nota: ver videos abajo).

Roger Waters realiza una pintada en el tramo del muro que atraviesa Belén.- AFP

El filme comienza con una imagen de Waters paseando a lo largo del muro y con una declaración de principios: "Hola, soy Roger Waters. Soy inglés. Soy compositor y he escrito mucho sobre los muros externos e internos a lo largo de mi carrera. Siempre me han despertado un deseo de entender el porqué de esos muros. Y las causas son siempre el miedo". A la aparición del fundador de Pink Floyd le sigue la comparecencia de 2002 del ex primer ministro Ariel Sharon, hoy en coma, en la que anuncia que para "mejorar la seguridad de los ciudadanos de Israel", su Gobierno creará una barrera de separación. "Hemos decidido empezar inmediatamente", comentó el político israelí, en un momento en el que los ataques suicidas palestinos arreciaban y se llevaban por delante la vida de civiles en todo el país.

Lo que no dice Sharon y sí explica la película de la ONU es el impacto que los 705 kilómetros de muro y verja que surcan Cisjordania (en un 85% del recorrido) y la frontera con Israel (15%) iban a tener sobre la vida de cientos de miles de palestinos. Cómo los campesinos se iban a quedar sin acceso a sus tierras, cómo los jóvenes palestinos iban a ver que su escuela o su universidad se quedaban al otro lado de la barrera, o cómo de un día para otro los enfermos iban a tener el paso cortado de camino al hospital.

La ONU ha decidido presentar la película cuando se cumplen cinco años desde que el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya declarara la ilegalidad de la barrera "por crear una anexión de hecho de territorios palestinos" y ordenara su demolición. Ya entonces, el Gobierno israelí anunció que no pensaba acatar el dictamen, y así ha sido. El muro continúa su curso, hoy plagado de graffitis, incluidos los del enigmático artista británico Banksy, que estos días expone en el museo de Bristol (nota: se pueden ver dos videos sobre el trabajo de Bansky al final de este reportaje).

Horizontes vallados termina con una imagen del multitudinario concierto de Waters en Israel en 2006. Después de tocar Another brick in the wall, el músico británico hace una petición al público, a los jóvenes cuyo Gobierno puso en pie la barrera y que aún hoy sigue construyéndola: "Nosotros, el resto del mundo, necesitamos que esta generación de israelíes tire abajo los muros".

© EDICIONES EL PAÍS S.L. - Miguel Yuste 40 - 28037 Madrid

HORIZONTES VALLADOS - PARTE 1

HORIZONTES VALLADOS - PARTE 2

VIDEOS DE BANSKY

viernes, 31 de julio de 2009

Barenboim en el atril de la paz - El País 31/07/09

REPORTAJE: música

Barenboim en el atril de la paz


West Eastern Divan, la orquesta de músicos israelíes y palestinos fundada por el gran director judío y por el escritor Edward Said, cumple diez años e inicia su gira europea

JESÚS RUIZ MANTILLA - Pilas - 31/07/2009

Era un sueño más que noble hace 10 años. Hoy es una realidad que crece, madura y enseña a sus miembros a reflexionar sobre uno de los conflictos más desesperantes de la historia reciente: el de Oriente Próximo. Cuando el intelectual palestino Edward Said y el músico judío Daniel Barenboim concibieron el West-Eastern Divan, pudieron pensar que sería bonito intentarlo al menos una vez.

Era un sueño más que noble hace 10 años. Hoy es una realidad que crece, madura y enseña a sus miembros a reflexionar sobre uno de los conflictos más desesperantes de la historia reciente: el de Oriente Próximo. Cuando el intelectual palestino Edward Said y el músico judío Daniel Barenboim concibieron el West-Eastern Divan, pudieron pensar que sería bonito intentarlo al menos una vez. Juntar músicos israelíes y palestinos para demostrar lo que pueden hacer juntos y no les dejan: convivir.

Es una pena que Said muriera en 2003. Hoy estaría orgulloso de lo que su amigo Barenboim y su viuda Mariam han conseguido: una orquesta de altura y unos chicos que ya no se miran unos a otros como una amenaza. Un proyecto vivo que saca los colores a los Gobiernos de la zona y demuestra algo muy simple: aunque los mandatarios se empeñen en demostrar que palestinos e israelíes no pueden construir nada juntos, su obcecación no es cierta. No hay nada más que ver a estos jóvenes tocar al unísono una sinfonía de Mahler o Chaikovski. En eso, sencillamente, consiste su profunda provocación.

Tras una década de trabajo, al Divan le ha llegado la madurez. Pero también cierta frustración. "En el terreno musical, nuestro avance ha sido impensable. En cuanto al conflicto, estamos muy desilusionados", asegura Daniel Barenboim, que estos días ensaya con los 103 chicos de la orquesta en Pilas (Sevilla). Allí se han juntado como cada verano -con la subvención y el apoyo de la Junta de Andalucía, que apadrina el proyecto desde 2002- los jóvenes de entre 12 y 31 años que forman el grupo en el que conviven españoles, árabes de Líbano, Jordania, Egipto o Siria, además de palestinos e israelíes.

Parecen cansados. El maestro les hace trabajar de lo lindo. Desayuno, ensayo. Comida, ensayo. Cena y, quien quiera, más ensayo en los talleres, instrumento por instrumento... O sesión con expertos para analizar claves del conflicto con las que discuten y tratan de acercar posiciones. Todo menos pelear. Salvo esas guerras con pistolas de agua que les sirven para refrescar los 40 grados de justicia que les caen encima. Así más de un mes. Música y diván. Beethoven, Wagner, Berlioz y un poco de Freud. Con una gira incluida. Una gira por algunos lugares donde sólo se acogen grandes orquestas. Empiezan el día 2 y 3 en Sevilla, siguen el 5 en Madrid y el 6 por San Sebastián. De ahí viajarán a Génova, a los festivales de Salzburgo y Bayreuth y a los Proms de Londres.

Alternan un programa apretado y difícil con la ópera Fidelio, versión concierto y solistas de la altura de Waltraud Meier, Peter Mattei o Adriana Kucerova; la Sinfonía Fantástica, de Berlioz, "una pieza que cambió la historia de la música", asegura Barenboim; los Preludios de Liszt; algún pasaje de Tristán e Isolda, "Wagner lo tocan con toda naturalidad", comenta el director; Berg, Schoenberg y una sesión dedicada a Pierre Boulez que él dirigirá alternándose con Barenboim en Salzburgo.

Con todo eso en cartera, toca trabajar duro. El maestro no pasa una. Es obsesivo, perfeccionista, intransigente con los retrasos y las ausencias. "Si estáis aquí es para ir más allá del resto. El Divan no es algo profesional. Si habéis venido creyendo que después vais a conseguir audiciones para grandes orquestas os habéis equivocado de sitio. Esto va mucho más allá", les comenta, como un auténtico general de este armónico ejército de la paz.

Eso en cuanto a la necesaria concienciación. Pero también es tremendamente puntilloso con la música. No negocia con los ritmos, con las entradas a deshora, con el tempo: "¡Podéis soñar con el sonido, pero no con el tempo! ¡No os durmáis con el tempo!", les indica. "¡A ver esas violas! ¡No sé dónde estáis este año!" (ver video del ensayo aquí).

Trabajar a fondo con él les trae a cuenta. Lo dicen los españoles Pablo Martos, violín, y Rubén Fornell, contrabajo, de 31 y 18 años respectivamente. Veterano y novato. "Lo que aprendes en los ensayos no tiene precio", comentan en un descanso, mientras reponen sus músculos de la tensión. Es un privilegio. Pese a las broncas y las obligadas visitas al fisioterapeuta -que no da abasto estos días-, lo saben llevar. "¡Te voy a matar como vuelvas a entrar mal!", le espeta Barenboim a Nabeel Aboud Ashkar, palestino de Nazaret, experimentado miembro del Divan con 27 años. "Me hará alguien muy famoso", responde él, con guasa, ante la carcajada de sus colegas y la del propio Barenboim, desarmado.

Nabeel cree ciegamente en el Divan. Tanto que se ha encargado de proveerlo de sangre joven. Tres alumnos suyos del conservatorio de Nazaret han entrado este año en la orquesta. Tienen 12, 13 y 16 años. No van a la zaga de los mayores. "Este año hemos empezado a gran nivel. En la música hemos hecho progresos alucinantes". Lo otro va más lento. "Para comprender todo en su dimensión básica hemos tardado seis, siete años", comenta Nabeel.

Ahora sin embargo, todo es mucho más fácil. Ha surgido la amistad entre muchos de ellos. Saben como lidiar con la tensión constante. Lo cuenta Sharon Cohen, israelí de 26 años, violinista: "Un momento duro fue la última guerra del Líbano. Éramos incapaces de redactar una declaración. Nadie se ponía de acuerdo. Pero aquello sirvió para superar cosas que han venido después, como lo de Gaza este año. En esa ocasión también salimos con un comunicado. Pero no hubo ningún problema. La primera versión nos pareció a todos bellísima y muy acertada".

Los terribles bombardeos de Gaza a principios de año supusieron toda una prueba de fuego para los miembros del Divan. Les cogió en una gira poco habitual, fuera del verano. Habían decidido hacer una en enero para celebrar el 10º aniversario. "La situación era terrible y les dije que si querían irse, podían hacerlo", asegura Barenboim. "Nadie se fue". Es una prueba de la madurez que han alcanzado para su propia convivencia.

Aunque falten cosas, como comenta Ramzi Aburedwan, 30 años, viola y director de Al Kamandjati, un conservatorio de Ramallah creado por él. "Si estoy aquí es para demostrar que cuando ambas partes estamos en igualdad de condiciones podemos hacer grandes cosas juntos. Pero también para denunciar que hoy no ocurre eso en nuestra tierra. No puede imaginarse nadie cómo nos tratan los israelíes. No como a seres humanos, sino como a una amenaza permanente. Mientras sea así, no hay nada que hacer", afirma Ramzi.

Las cosas pueden cambiar en corto plazo. Hay fe en Obama. "Su discurso de El Cairo fue excepcional. Histórico. Ahora falta ver si el Departamento de Estado le deja llevar a cabo su política", comenta Barenboim. Una política que tiene como uno de sus faros a Edward Said. "Sabíamos que lo leía y que acudía a sus conferencias. Obama no es el tipo de político estadounidense que pronuncia un discurso basado en lo que sus asesores le han dicho la noche anterior. Conoce el drama palestino, es sensible a él", asegura Marian Said.

La viuda del otro impulsor del Divan cree que en parte se ha cumplido su sueño, aunque todavía falten cosas fundamentales. "Como por ejemplo, poder tocar en todos los países que cuentan con un miembro en la orquesta. Hasta ahora no lo hemos conseguido", dice Said. La incomprensión hacia el proyecto de algunos gobiernos de la zona, duele. Aunque va desapareciendo, poco a poco, cree el propio Barenboim.

Pero lo más importante se va cumpliendo: "La idea de Edward era romper barreras. Fomentar el conocimiento mutuo. Coexistir, aprender a vivir unos con otros". Nada de política, decía. "Creía que no debía ser un proyecto que tuviera que ver con los gobiernos en conflicto, ni siquiera con el proceso de paz. Era algo humanístico, educativo".

Así lo ve Waltraud Meier, una asidua al Divan desde hace cuatro años. "Las orquestas profesionales, tocan por cumplir sus contratos, a estos jóvenes sencillamente les va la vida en ello. Esa es la diferencia, por eso repito", comenta la gran cantante alemana. Más con una obra como Fidelio, ideal para la causa, que Barenboim y algún experto como Michael Steinberg, director del Cogut Center for Humanities y profesor de la Universidad de Brown (Boston), desmenuzan en cada ensayo. "Fidelio no sólo trata el ansia de libertad exterior. También el interior. Es la máxima expresión del espíritu libre. Enseña a afrontar la vida sin prejuicios", asegura Meier. Justo lo que necesita el conflicto de Oriente Próximo, romper barreras, tabúes y desconocimiento mutuo: "A veces lo más difícil de todo es caer en lo más obvio", asegura la cantante.

© EDICIONES EL PAÍS S.L. - Miguel Yuste 40 - 28037 Madrid [España] - Tel. 91 337 8200

http://www.elpais.com/articulo/revista/agosto/Barenboim/atril/paz/elpepirdv/20090731elpepirdv_1/Tes

miércoles, 15 de julio de 2009

Breaking the Silence - Testimonios de soldados israelíes en Gaza 2009

Rompiendo el Silencio (Breaking the Silence) es una organización israelí formada por soldados veteranos que sirvieron en Gaza y Cisjordania. Su objetivo es recolectar testimonios de los soldados con el fin de dar cuenta a la sociedad israelí de la cruda realidad que la ocupacion militar creó en los territorios palestinos.


El 15 de julio dio a cononcer 54 testimonios de soldados israelíes que participaron en la Operación Plomo Fundido (eufemismo de la Guerra de Gaza, diciembre 2008 - enero 2009). Estos testimonios no coinciden con los reportes del ejército israelí y dan a conocer la innecesaria destrucción de casas, el uso de fósoforo en áreas densamente pobladas y la atmósfera que se generó para disparar indiscriminadamente contra la población palestina.

"Te sientes como un niño pequeño observando y quemando hormigas a través de una lupa"...



sábado, 11 de julio de 2009

It's the occupation, stupid!

Encountering Peace: It's the occupation, stupid!
Jul. 6, 2009
Gershon Baskin , THE JERUSALEM POST

Many voices here are already pondering the question how are we going to deal with at least three more years of an anti-Israel administration in Washington. These are the people who think that pressuring Jerusalem to meet its road map obligations is empowering the Arabs and weakening the country.

One such person, and he defined himself as pro-peace, told me that until the Arabs recognize Israel as the Jewish state, freezing settlements sends the wrong message; it tells the Arabs they don't have to do anything and that all of the pressure will only be on Israel.

But the government knows that it is obligated to the road map, which states quite explicitly it must "immediately dismantle settlement outposts erected since March 2001... and consistent with the Mitchell Report, freeze all settlement activity (including natural growth of settlements)." While it is true that the Sharon government issued 14 reservations to the road map, the US never accepted them, except for what appears to be an unwritten understanding between Sharon and president George W. Bush regarding growth in the settlement blocs and in Jerusalem. But the Bush administration was voted out of office and with it those unwritten understandings, as Secretary of State Hillary Clinton has indicated so clearly.

WHAT'S ALL the fuss anyway? Who really cares about a few more houses and school classrooms in settlements? Well, the whole world. At the outset of Oslo, the world, including the Arab world (and also including the supporters of peace in Israel and in Palestine), actually believed that the peace process was about ending the occupation, peace between two states living side-by-side, building cross-boundary cooperation in every field possible, ending violence and ending the conflict.

During those optimistic days, several countries without diplomatic relations with Israel established them, and several Arab countries even allowed it to open commercial interests offices in their countries. Some Arab countries even opened their own representative offices in Israel. This was possible because they believed the Oslo peace process would bring an end to the occupation.

They had good reason to believe that. The Israeli-Palestinian Interim Agreement of September 1995 stated clearly: "The two sides agree that West Bank and Gaza Strip territory, except for issues that will be negotiated in the permanent status negotiations, will come under the jurisdiction of the Palestinian Council in a phased manner, to be completed within 18 months from the date of the inauguration of the council." The agreement further stated: "Redeployments of Israeli military forces to specified military locations will commence after the inauguration of the council and will be gradually implemented.".

The interpretation of these sections was that prior to the beginning of permanent status agreements Israel would have withdrawn from more than 90 percent of the West Bank. The US and the Palestinian calculated then that the land area connected to permanent status negotiations, meaning the settlements, accounted for 2%-5% of the West Bank (counting the built-up areas of the settlements with a radius of about 100 meters from the last home in each settlement). The "specified military locations" was estimated to account for about 2% of the West Bank.

WHEN BINYAMIN Netanyahu was first elected in 1996, a "conflict" of interpretation developed between the Prime Minister's Office and the Foreign Ministry. At that time I saw a document produced by the legal department of the Foreign Ministry explaining that the new interpretation of the Prime Minister's Office was incorrect. It stated the following: According to the Prime Minister's office, the settlement areas in question are based on the statutory planning maps of the civil administration and not on the built-up areas. Those zoning maps provide the settlements with about 40% of the West Bank.

Furthermore, the Prime Minister's office stated that instead of "specified military locations" the real intention was "security zones" - meaning that the entire Jordan Valley is a security zone, all of the areas around settlements are security zones, the bypass roads to settlements are security zones, and so are all of the lands adjacent to the Green Line. In other words, 60% of the West Bank would remain in Israeli hands, and in the negotiations with the Palestinians Israel would retain well above 10% of the West Bank, and if possible more.

This, according to the Palestinians and even the US, was a major breach of the agreement and it was one of the significant reasons for the failure of the entire process. At that point, the process ceased to being about ending the occupation and instead about how emasculated the Palestinian entity would be.

Ehud Barak understood that he would have a very tough negotiation on the territorial question. When I asked his chief of staff Gilead Sher why the prime minister was building even more settlements than Netanyahu, his answer was "the story of the goat" - meaning it would appear that Israel was making larger concessions than it really was.

Ariel Sharon always believed, as did other Likud leaders,that the settlements would be the best way of preventing the establishment of a Palestinian state in the West Bank. It turns out that they were probably right. Many today even question the very viability of a Palestinian state because of the settlements.

Yet the entire international community, with the exception of Iran, Libya and perhaps Israel (look at the club of nations we have joined), believes that a Palestinian state must be established on the basis of the June 4, 1967 borders. There is no other solution to the conflict. Instead of dealing with that reality, the government is trying to pressure the US and the EU to transform the peace process into a regional peace process.

Netanyahu, Barak and other members of the government think that if they agree to a three-month settlement freeze, not including Jerusalem, the world will consent. The EU and the US in private meetings with Netanyahu and in public statements have insisted that Israel must focus on the settlement issue and not on tricks to avoid making the difficult decisions. All settlement building must stop.

While this is a tactical issue from the standpoint of moving forward with the peace process, since even a full settlement freeze will change nothing on the ground, it does have strategic consequences. The settlement freeze is meant to be an indication that Israel has accepted the principle that the occupation must come to an end. Only then will it be really possible for the rest of the Arab world to consider how to phase in normalizing relations as they began to do with the outset of Oslo.

Yes, Judea and Samaria are our historical, religious and national lands, and the argument is not about our right to be there, whether the world accept that right or not. The reality is that there is no other way to achieve peace with our neighbors. There is global consensus on this issue and continued objection will only increase our isolation. Boycott, sanctions and divestment are right around the corner. The international community knows that it worked in South Africa and that it will work against Israel as well. It is time to wake up and face reality. We can, with the help and understanding of the world, led by President Barack Obama, develop a peace process that is based on real security and real peace, but we must recognize that there are no short cuts. We must signal that the occupation will come to an end and then begin to act accordingly.

The writer is the co-CEO of the Israel/Palestine Center for Research and Information. www.ipcri.org

This article can also be read at http://www.jpost.com /servlet/Satellite?cid=1246443736613&pagename=JPArticle%2FShowFull

Copyright 1995- 2009
The Jerusalem Post - http://www.jpost.com/

domingo, 31 de mayo de 2009

Espejo

Last update - 19:06 30/05/2009

Can you tell the difference between an Israeli and a Palestinian?

By Dalia Karpel, Haaretz Correspondent

Adam Shurati, left, and Hadas Maor in the picture chosen for Suter's project

The advertisement published in Haaretz in March read "Wanted: people who look alike," and promised NIS 8,000 to anyone that could locate someone who looked like one of the eight people featured in the advertisement.

What the advertisement didn't say, was that the eight people pictured were Palestinians.

The ad was made by Swiss artist Olivier Suter, as part of his project 'Enemies', which focused on the absurd ways people identify "the other".

The advertisement is similar to a project Suter performed in Belgium, which asked viewers if they could dfferentiate between Flemish and French speakers.

Out of the dozens of photos he received, Suter picked a photo of an Israeli girl and a Palestinian boy who looked alike. The girl is one Hadas Maor, whose photo was sent in by her father, geography professor Yehuda Keidar.

Keidar, a long-time supporter of a two-state solution said "[David] Ben-Gurion was right when he said 'The Palestinians are not our cousins, they're our brothers. Turns out, they could be twins."

The Palestinian boy is named Adam Shurati and he was none too pleased about his likeness to a girl, according to his mother Nancy. Adam was further dismayed when his mother took him to have his hair cut to look like Hadas'.

Nancy, who lives in Bet Hanina, called the project "amazing" and said that her son's resemblance to an Israel girl surprised her.

"The project is a work of art meant for all of us, not just for the sake of art," Suter said.

Suter's next "Enemies" project will take place in Rwanda and the Congo

© Copyright 2009 Haaretz. All rights reserved

http://www.haaretz.com/hasen/spages/1089016.html

domingo, 17 de mayo de 2009

Please, with might - Gideon Levy

Last update - 03:07 17/05/2009

Please, with might

By Gideon Levy


The headline of this piece may be taken from a Kabbalistic prayer, but it's not aimed at God; this is rather an earthly plea to the American president. The statesman he will be hosting tomorrow has already shown during his brief tenure that might is the only language he understands. We should hope that Barack Obama will succeed just like the defense minister and the Histadrut labor federation chairman, who twisted Benjamin Netanyahu's arm in the budget deliberations.

A political U-turn by the prime minister is much more vital to Israel than his impressively sharp economic U-turn. Obama is the final hope: Only if he throws his entire weight into the process will anything in the Middle East start moving. Any American president could have long ago brought about substantial progress, first and foremost ending the intolerable Israeli occupation. But Obama's predecessors shrank from the task, preferring to yield to the Jewish and Christian lobbies and to engage in masquerades of negotiations leading nowhere.

A whole lot more is expected from Obama: "Change" in the Middle East; "Yes We Can" is also about Israel. This change must encompass two components: Genuinely pressuring Israel - and no, there isn't any other way - and demanding actions rather than words. We've had plenty of the latter, and it doesn't really matter if Netanyahu utters the words "two states" or if he does not.

The real test is Moshe and Mohammed. Only if both of them feel a change can we say a truly different president is now in Washington. Mohammed, any Mohammed living in the occupied territories, should feel his life has become more free and prosperous; Moshe, any Moshe living in Israel, must feel he is withdrawing from being an occupier, after two successive generations. At the end of the day, both Moshe and Mohammed will be grateful to Barack Obama.

It'll take more than sticky smiles. Netanyahu will be clinging to his usual excuse, the Iranian threat; Obama will have to explain that there is nothing like neutralizing the Arab-Israeli conflict to secure the future of the State of Israel. And this should be the order of the day, too: resolving the Palestinian issue as leverage for negotiating with Iran, even if Netanyahu tries to change the agenda and buy some time. Deep inside, we yearn for an Israeli prime minister who realizes that opportunities are running out and that the alternatives are dangerous, but this hope has long since been abandoned. Israel talks two states while expanding Ma'aleh Adumim; Israel talks peace and sets out on two unneccesary wars.

Which is why, sadly, nothing will happen without pressure, and true pressure can come only from Washington. An American president who is a friend to Israel not only can, but must, apply this pressure; Israel is a protectorate addicted to occupation - and the only way to ditch a habit is the hard way. A bogus friend sponsors the addiction, a true friend gets us into rehab.

Nor is this the time to present the Palestinians with endless demands or preconditions - to acknowledge, to give up, to compromise. They've done it plenty over the last two decades: Now is the time for the occupier to end the occupation, immediately, unconditionally, moments before the two-state solution draws its final breath and passes beyond the realm of possibility, if it hasn't already. Which is why Obama should be standing with a stopwatch, too: Time is running out.

There's one message that should emerge from Washington: Israel is beginning to act, not to talk but to act, to end the occupation. Freeze the settlements without any lies, dismantle the outposts without tricks, give Palestinians freedoms without feints, and establish a rigid agenda to dismantle the entire settler enterprise. Anything less will be seen as failure, any move less daring will ensure a deadlock that will bring more bloodshed and the eventual establishment of a permanent binational apartheid state.

Does it sound big and pretentious? Well, there's a big, pretentious president now sitting in Washington. The Arabs have already learned that Israel understands force and force alone; all its limited concessions were carried out after bloodshed, never before. It's time Washington learns the same lesson: Please, with might, Barack Obama, because there is no other way.

http://www.haaretz.com/hasen/spages/1086063.html

sábado, 2 de mayo de 2009

Sadly, Israel is no longer democratic - Shulamit Aloni

Shulamit Aloni / Sadly, Israel is no longer democratic

By Shulamit Aloni

Ha’aretz May 1, 2009

Maj. Gen. Amos Yadlin and philosopher Asa Kasher, two respected men around here, published an article entitled: "A just war of a democratic state," (Haaretz, April 24, Hebrew).

A remark about the first part: There are wars that are necessary for self-defense or to fight injustice and evil. But the expression "just" is problematic when speaking of war itself - which involves killing and destruction and leaves women, children and old people homeless, and sometimes even kills them.

Our sages have said: "Don't be overly righteous." And there is absolutely no question that dropping cluster bombs in an area populated by civilians, as we did in the Second Lebanon War, does not testify to great righteousness. The same thing can be said of using phosphorus bombs against a civilian population.

Apparently, according to the Yadlin and Kasher definition of justice, in order to eliminate terrorists it is just to destroy, kill, expel and starve a civilian population that has no connection to the acts of terror and no responsibility for them. Perhaps had they adopted a more decent and less arrogant approach they would have tried to explain the reasons for the fury and intensity that brought about the shocking killing and destruction, and even apologized for the fact that these exceeded any reasonable necessity.

But after all, we are always right; moreover, these things were done by "the most moral army in the world," sent by the "democratic" Jewish state - and here is the meeting point of the two concepts in the title of Yadlin and Kasher's article.

As for the army's morality, it would have been better had they remained silent and thereby been considered wise. This is because the statistics on the destruction and harm to civilians in the Gaza Strip are familiar to everyone, and not divorced from the oh-so-moral behavior of our army in the occupied territories. In the context of this behavior, for example, the army operates with great efficiency against farmers who demonstrate against the theft of their lands, even when the demonstrations are not violent.

The long-term evidence of abuse by soldiers against civilians at the checkpoints - including repeated instances of expectant mothers who are forced to give birth in the middle of the road, surrounded by armed soldiers who laugh wickedly - is no secret either. Day after day, year after year, the most moral army in the world helps to steal lands, uproot trees, steal water, close roads - in the service of the righteous "Jewish and democratic" state and with its support. It's heartbreaking, but the State of Israel is no longer democratic. We are living in an ethnocracy under "Jewish and democratic" rule.

In 1970 it was decided that in Israel religion and nationality are one and the same (that is why we are not listed in the Population Registry as Israelis, but as Jews). In 1992 it was determined in the Basic Law on Human Dignity and Liberty that Israel is a "Jewish state." There is no mention in this law of the promise that appears in the state's formative document, the Declaration of Independence, to the effect that "The State of Israel will ensure complete equality of social and political rights to all its inhabitants, irrespective of religion, race or sex." The Knesset ratified the law nonetheless.

And so there is a "Jewish state" and no "equality of rights." Therefore some observers emphasize that the Jewish state is not "a state of all its citizens." Is there really a democracy that is not a state of all its citizens? After all, Jews living today in democratic countries enjoy the full rights of citizenship.

Democracy exists in the State of Israel today only in the formal sense: There are parties and elections and a good judicial system. But there is also an omnipotent army that ignores legal decisions that restrict the theft of land owned and held by people who have been living under occupation for the past 42 years. And since 1992, as we mentioned, we also have the definition "Jewish state," which means an ethnocracy - the rule of an ethnic religious community that strictly determines the ethnic origin of its citizens according to maternal lineage. And as far as other religions are concerned, disrespect for them is already a tradition, since we have learned: "Only you are considered human beings, whereas the gentiles are like donkeys."

From here it is clear that we and our moral army are exempt from concerns for the Palestinians living in Israel, and this is even more true of those living under occupation. On the other hand, it is perfectly all right to steal their land because these are "state lands" that belong to the State of Israel and its Jews.

That is the case even though we have not annexed the West Bank and have not granted citizenship to its inhabitants, who under Jordanian rule were Jordanian citizens. The State of Israel has penned them in, which makes it easy to confiscate their land for the benefit of its settlers.

And important and respected rabbis, who are educating an entire generation, have ruled that the whole country is ours and the Palestinians should share the fate of Amalek, the ancient tribe the Israelites were commanded to eradicate. At a time when a "just war" is taking place, racism is rife and robbery is called "return of property."

We are currently celebrating the 61st anniversary of the State of Israel. We fought in the War of Independence out of a great hope that we would build a "model society" here, that we would make peace with our neighbors, work the land and develop the Jewish genius for the benefit of science, culture and the value of man - every man. But when a major general and a philosopher justify - out of a sense of moral superiority - our acts of injustice toward the other in such a way, they cast a very heavy shadow on all those hopes.

http://www.haaretz.com/hasen/spages/1082174.html